La gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González Colón, aseguró que “sacaron de contexto” las expresiones que realizó en conferencia de prensa sobre el tiempo en que se pueden dañar los alimentos congelados durante un apagón como en que se ha experimentado esta semana.
“Hay quienes han querido sacar de contexto mis expresiones sobre el manejo de la comida en situaciones de emergencia, queriendo pintar un cuadro de insensibilidad que no representa lo que dije ni lo que pienso. Claro que hay alimentos, medicinas y hasta leche materna que pueden dañarse en menos de 24 horas sin electricidad. Pero una cosa es explicar un protocolo de adquisición de alimentos por parte del gobierno en menos de 24 horas y otra muy distinta es minimizar una necesidad”, expresó la gobernadora.
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“Nadie me va a desenfocar de lo que realmente importa: seguir trabajando para energizar a Puerto Rico. Son los mismos que se pasan las 24 horas criticando no importa qué, pero no dan ni dos minutos de ayuda para echar pa’ lante a Puerto Rico”, añadió.
¿Qué fue lo que dijo la gobernadora?
Durante la conferencia de prensa sobre la actualización de los trabajos para reenerginzar a la isla tras el apagón masivo del miércoles, la primera mandataria aseguró que los alimentos guardados en los refrigeradores no se dañan en 24 horas.
“Tú no pierdes una compra en 24 horas”, expresó la gobernadora ante preguntas de la prensa. De inmediato, esta respuesta generó indignación en las redes sociales e incluso publicaciones corrigiendo a la primera ejecutiva sobre el tiempo en que una compra se puede dañar con la nevera apagada en una situación como la vivida esta semana.
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), bajo circunstancias en el que no se cuenta con servicio eléctrico, un refrigerador mantiene los alimentos fríos de forma segura por aproximadamente cuatro horas, siempre que no se abra la puerta. Un congelador lleno puede mantener la temperatura adecuada durante 48 horas, o 24 horas si está medio lleno.
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Pasado ese tiempo, la mayoría de los alimentos perecederos debe desecharse si la temperatura interna supera los 40 °F (4.4 °C). Entre estos se incluyen carnes, aves, pescados, leche, huevos, sobras y productos preparados. Los expertos recomiendan no probar alimentos para verificar su estado, ya que bacterias como la salmonela o la listeria no altera necesariamente el olor, color o sabor de los alimentos.