El panorama político en Puerto Rico está cambiando de manera contundente y consistente. Las instituciones políticas ya no pueden depender de estructuras cerradas, controladas desde San Juan y con pocas posibilidades de acceso para quienes no forman parte de esa estructura centralizada. La gente exige participación y transparencia. Exige líderes que escuchen, que lideren con ejemplo y que sean transparentes.
En el caso del PPD, la nueva realidad política requiere establecer estructuras de organización abiertas a su base, que abran las puertas a la nueva generación de líderes y que atiendan temas de actualidad. Para esto, el PPD tiene que reconstruir su relación con la gente, comenzando con la base de nuestro partido.
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Para esto presenté, junto a un grupo de lideres de la nueva generación, una serie de propuestas para lo que será el nuevo reglamento del PPD. Estas propuestas van dirigidas a reformular nuestras causas para establecer claramente el norte que seguiremos como institución, fortalecer la comunicación con la base popular y el país, abrir las puertas a nuevos lideres, reformar nuestra organización política comenzando con la Junta de Gobierno y a encaminar una agenda del futuro.
Proponemos expandir las estructuras de mujeres, servidores públicos y jóvenes a los 40 distritos representativos, crear secretarias auxiliares de innovación y tecnología, cambio climático, nuevo mercado laboral y nuevas fuentes de desarrollo económico. Planteamos la creación del “Comité de Futuro” que albergará a todo el liderato de la juventud y a los líderes electos de 35 años o menos con la encomienda de trabajar temas de política pública de actualidad. Proponemos que la nueva Junta de Gobierno tenga que realizar reuniones con la base en los distritos senatoriales, que se cree un sistema electrónico de consulta a la base sobre política publica y asuntos públicos, entre otras propuestas.
Es hora de abrir espacios; no de mantener procesos en pocas manos. Es hora de tomar en serio y asignar responsabilidades a los jóvenes que quieren participar y trabajar.
Es hora de permitir que la experiencia de nuestros líderes veteranos se aproveche para compartir luchas con la nueva cepa. En palabras sencillas: de la capacidad que tenga el PPD para adaptarse al Puerto Rico de hoy depende su viabilidad. Es hora de trazar rutas para atender los problemas de hoy, con las herramientas de hoy y con los estilos que esperan los puertorriqueños de hoy. Vamos con fuerza.
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