El martes pasado, el gobernador ofreció un mensaje sobre el estado de la situación en Puerto Rico. Según la imagen que nos presentó el gobernador, parecería que vivimos en prosperidad y que todo está bien. Pero lo cierto es que las grandes mayorías, la clase trabajadora, la juventud y las pensionadas viven empobrecidas y en precariedad. Solo hay que salir a la calle y ver el deterioro generalizado y crónico, la falta de mantenimiento de parques, carreteras, escuelas y estructuras. La mayoría de los servicios públicos se han visto afectados por actuaciones concretas de las políticas del PNP y del PPD.
El gobernador justificó el Plan de Ajuste de la Deuda (PAD). Dijo que el PAD redujo la deuda a casi un 80% cuando lo cierto es que el recorte fue de aproximadamente un 33%. En vez de auditar la deuda para cancelar toda la parte que sea ilegal, el gobierno está defendiendo que el dinero del pueblo, en su mayoría pagado por la clase trabajadora, asalariada, se le entregue a unos bonistas. El PAD que defiende el gobernador junto al PNP y al PPD tiene el efecto de privar al pueblo de Puerto Rico de dinero que le pertenece y que debería ser destinado para mejorar el sistema de salud, mejorar la infraestructura, la educación, el medio ambiente, el transporte colectivo, la agricultura y muchos otros servicios y necesidades que nos urge atender.
El resto del mensaje del gobernador se puede resumir en que se recibirán fondos federales y cómo los va a administrar. Sin embargo, no hubo una sola propuesta de desarrollo económico para Puerto Rico. Tampoco hubo propuestas de cómo Puerto Rico puede generar su propio crecimiento económico, ni una sola propuesta de cómo Puerto Rico pueda desarrollarse de una manera integral. El mensaje se distinguió por la falta de propuestas para mejorar los niveles de vida del pueblo, porque no las tienen.