El panorama del Partido Demócrata de cara a las elecciones de medio término, que se efectuarán el próximo noviembre, no era bueno y anticipaba que el Partido Republicano retomaría control de la Cámara de Representantes y del Senado federal. Esto por el descontento general de los estadounidenses con la situación económica que impacta su bolsillo. Más que si el desempleo ha bajado o subido, el dólar estira menos cada vez. La salida de las fuerzas armadas de Afganistán y el que los talibanes retomaran el poder en este país también tuvo un efecto en la perspectiva del electorado sobre la figura del presidente Joseph “Joe” Biden y el gobierno demócrata en general. Hay descontento demócrata palpable cuando hasta la vicepresidenta Kamala Harris es una figura ausente en la cosa mediática.
No obstante, el Tribunal Supremo de Estados Unidos, con su posible decisión de pulverizar decisiones sobre el aborto, como el caso Roe vs. Wade y su secuela Planned Parenthood vs Casey, podrían darle al Partido Demócrata un aire inesperado para tener el control legislativo federal. Así lo expusieron los líderes del Partido Demócrata en Puerto Rico, Alejandro García Padilla y Carmelo Ríos en NotiUno 630, y coincido plenamente con ellos.
Por definición, el sector demócrata gira, filosóficamente hablando, alrededor de mayores derechos y libertades para los ciudadanos. El derecho al aborto y a que una mujer pueda decidir sobre su cuerpo, al punto de poner fin a la vida de una criatura, ha sido una de las banderas más emblemáticas de esta colectividad. Por el contrario, el Partido Republicano, en ese tema es todo lo opuesto, no cree en el aborto en casi ninguna de sus variantes y justificaciones.
Aunque los jueces deben estar alejados de la política partidista, no necesariamente están apartados de las filosofías de los partidos. Es decir, los que son nominados para cualquier puesto por un gobernante, que a su vez llega al poder bajo la estructura de un partido político, tienden a tener una visión similar a la de ese gobernante y ese partido. Eso ocurre en todas partes del mundo y en todo sistema de gobierno. Por lo tanto, es normal que los nominados al Tribunal Supremo tengan visiones o filosofías similares a las de quien lo nomina. Para ilustrar de manera más criolla, un gobernador estadista no nominaría a un independentista al Tribunal Supremo de Puerto Rico; y un gobernador independentista “se pica la mano” antes de firmar la nominación de un estadista o estadolibrista al mismo cuerpo judicial.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos es la última fuente de poder, por lo tanto, es la “joya de la corona”, y si usted aún no entiende por qué, este caso del aborto lo ilustra.
Cuando el Tribunal Supremo resolvió a favor del aborto en 1973, su composición mayoritaría era de corte liberal y las nominaciones de dicha mayoría provenían de gobiernos demócratas, cuya postura era a favor del aborto. El Supremo se compone hoy por 3 jueces designados por gobiernos demócratas y 6 republicanos. De esos 6 republicanos, 3 fueron nombrados por el expresidente Donald Trump. Era anticipable que habiendo una composición de mayoría conservadora en el Supremo, solo se trataba de esperar dónde se radicaba un caso que retara Roe vs Wade para volver a poner el tema en un nuevo Supremo y revertir los precedentes que garantizan el derecho al aborto. Lo que ha trascendido es que la Corte delegue en los estados el poder de prohibir o permitir el aborto.
Esta potencial decisión puede reactivar a un gran sector de los desmotivados demócratas que quizás no pensaban votar en las elecciones de medio término. Puede hacerlos cambiar de opinión pensando que esto es una muestra de que es un peligro no votar y dejar en manos de los republicanos el control de la legislatura federal. El tema del aborto puede ser como el tema de la estadidad para los penepés o en su momento el Estado Libre Asociado para los populares promedio. Es un tema que los mueve. Obviamente las elecciones de medio término no pueden hacer que la decisión se revierta a corto o mediano plazo. Para eso tendría que haber una nueva recomposición del alto foro y eso no pasa de la noche a la mañana. No obstante, la elección de noviembre podría servir para un acto de desquite contra los republicanos. Esto sirve de ejemplo de cuán importante es votar en los procesos democráticos en lugar de dejar los espacios vacíos para que otros voten y decidan por usted.