Opinión

Opinión de Alex Delgado: Los escollos del estatus

El problema del estatus de la isla es algo que hay que atender. Hay que definir lo que será nuestro destino. Dentro de la población hay un sector que entiende que parte de nuestros problemas están atados a la situación colonial. Otro sector entiende que la dinga no tiene que ver con la mandinga. Yo no puedo adjudicar que nuestros problemas son únicamente por ser colonia, pero sí creo que de una u otra forma eso si se manifiesta en distintos temas neurálgicos. Ahora bien, todas las ideologías tienen sus escollos.

Históricamente el gobierno de Estados Unidos ha sido inmóvil con el tema amparándose en que hasta que los criollos no nos pongamos de acuerdo, ellos mirarán hacia el lado. En dos ocasiones se ha atendido con algún éxito el tema en el Congreso y el Senado (John Bennett Johnston en 1989 y Don Young en 1997). Digo “algún éxito” porque se puso el tema sobre la mesa y se discutió, aunque terminó en nada.

En la isla, el Partido Popular Democrático (PPD) se divide en tres: los que no tienen problema en aceptar que sí somos una colonia y desean mantenerla, los que en su corazón sí saben que somos colonia, pero le es incómodo aceptarlo públicamente y lo debaten, y los que quieren desarrollar el ELA como un país independiente, pero con una relación formal y pactada con Estados Unidos.

En los últimos 22 años el PPD ha planteado que el ELA es desarrollable. Piden la oportunidad para elaborar una propuesta y luego no la presentan. De hecho, para hacer una propuesta no necesitan que les brinden la oportunidad, la presentan y ya. Esa inacción hace evidente que el ELA no tiene espacio para crear mayor autonomía en la misma relación con Estados Unidos. En el renglón económico la estadidad representa mayores beneficios y mayores responsabilidades contributivas, aunque en ese último caso los que pagarían contribuciones federales sería una minoría de la población. Esos son tres hechos. Ahora, según el PPD, el Congreso no daría espacio a la estadidad de mayores beneficios y responsabilidades. No obstante, argumentan que sí es alcanzable un ELA donde recibamos mayores beneficios, sin responsabilidades económicas y sin intervención del gobierno federal en nuestros asuntos. Ese engaño es muy burdo. Por eso entiendo no lo ponen por escrito y lo presentan al Congreso… por la respuesta que recibirían.

La mayor aliada del PPD y el ELA en el Congreso era Nydia Velázquez. Ésta terminó por entender la realidad y expresó que el ELA es una colonia y que aspira a librar a la isla de esa fórmula de estatus. Es un escollo para el PPD quedarse casi solos ya que los congresistas de origen puertorriqueño han rechazado el ELA actual como opción.

En el caso de la independencia, el mayor escollo se llama el pueblo de Puerto Rico. Los electores, de manera contundente y repetitiva, han rechazado separarse de Estados Unidos. No existe encuesta, formal o informal, y mucho menos un plebiscito en el que la independencia cruda o disfrazada como libre asociación, haya tenido alguna posibilidad de prevalecer. En 1967 la independencia obtuvo .06% de apoyo. En 1993 4.4%, en 1998 2.5%, y 5.49% en el 2012. En el 2017 el Partido Independentista Puertorriqueño decidió no participar en el plebiscito de ese año. La voluntad del pueblo no ha estado, ni está del lado de la independencia. Tan es Así que el PIP tuvo que alejarse de la narrativa independentista para aumentar, con éxito, la cantidad de votos a favor de un aspirante pipiolo.

Finalmente, en el caso de la estadidad, su escollo mayor está en el Senado federal y el sector racista del Partido Republicano, aunque también del Partido Demócrata porque allí también los hay, aunque quizás en menor escala cuantitativa. Dicho cuerpo legislativo está dividido en 50 senadores republicanos y 50 demócratas. Ya eso complica el panorama para el sector estadista porque la oportunidad para convertir la isla en estado reside en un cuerpo senatorial dominado cómodamente por los demócratas. No obstante ese no es el escenario.

Esos escollos, aparte del timing, hacen complicado que pueda moverse el tema del estatus en estos momentos, por lo que el mantenimiento de una colonia a la que se le imponen unilateralmente decisiones del gobierno federal, se mantendrá por el momento.

¿Bajar la cabeza y cruzarnos de brazos es la opción? No. Ser una eterna colonia no lo es. Sería como tener la red eléctrica que tenemos y no hacer nada. La discusión tiene que continuar mientras se atienden otros asuntos.

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