Opinión

Opinión de Jesús Manuel Ortiz: Sin seguridad en nuestras cárceles

Recientemente salió a luz pública el caso de la joven Shannet Colón Ponce, quien falleciera el pasado 2 de junio en el Centro de Rehabilitación de Mujeres del complejo carcelario de Bayamón. La información recibida apunta a que, al no haber suficientes oficiales correccionales, esta joven salió del baño rumbo a su celda sin ninguna supervisión, ocurriendo el lamentable incidente sin que nadie pudiera evitarlo.

Del mismo modo, dos confinados escaparon del mismo complejo correccional de Bayamón, saliendo a relucir que el sistema de cámaras de seguridad ha estado inservible desde hace 6 años.

Ambos incidentes nos presentan un problema de fondo; la falta de personal y recursos dentro de nuestro sistema carcelario. La información apunta a que la falta de personal en los módulos de esta institución, en donde oficiales correccionales están doblando turnos, de sobre 14 horas, y a cargo de 3 a 4 módulos, es la orden del día hace meses.

En el caso particular de la joven Colón Ponce, el día de su muerte solo había una oficial asignada para cuatro módulos, los cuales tenían, al menos ese día, alrededor de 14 confinadas por módulo y varias más en el llamado módulo de segregación. La manera en que se dieron los eventos nos obliga a preguntarnos si en efecto, de haber tenido alguna oficial asignada a ese módulo, esa muerte se pudo haber evitado.

La falta de personal provoca puestos vacíos en todas las áreas (master control, armería, perímetro, etc.) lo que afecta directamente las garantías mínimas de seguridad en las instituciones y hace imposible que exista ambiente para que la población penal se rehabilite. Las carencias del sistema impiden que el estado cumpla con su misión de rehabilitar a la mayor cantidad de confinados posibles, pues no hay recursos para ofrecer de manera eficiente los servicios que se supone se le provean a la población correccional. Esa realidad mantiene además a miles de empleados mal pagos y en pobres condiciones laborales. Es por esto que le cursé una comunicación a la Secretaria para que nos envíe información sobre la asignación de turnos en este complejo correccional por los pasados 6 meses.

Hoy más que nunca, los recursos con los que cuenta el DCR tienen que ser reevaluados y administrados de manera eficiente, con atención especial a los equipos, infraestructura, compensación adecuada y readiestramiento de los oficiales de corrección. Solo así podremos tener un sistema seguro y verdaderamente rehabilitador.

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