Esta semana se conmemoró el natalicio de uno de nuestros más grandes líderes, Rafael Hernández Colón. Ese importante evento llega al mismo tiempo en el que el Partido Popular Democrático (PPD) atraviesa un momento trascendental tras la decisión de la Junta de Gobierno el pasado viernes que, de aprobarse, le quitaría el voto a cientos de miles de populares para elegir a su presidente.
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Decía Hernández Colón en su primer discurso como Presidente del PPD el 14 de diciembre de 1969: “Desde aquí de Ponce el Partido Popular llama a nuestro pueblo y a nuestra juventud a mantener su fe inquebrantable en el sistema democrático como la mejor garantía para el progreso integral de los pueblos y para el logro de sus máximas aspiraciones”.
Esa fe inquebrantable de la que hablaba Hernández Colón está íntimamente relacionada con practicar lo que se predica. En ser transparentes. Por eso, el “Democrático” que incluye nuestro nombre tiene que ser de verdad. No se honra la democracia cuando se aumentan 15 sillas en la Junta de Gobierno, pero se le quita el voto a miles de populares de los mismos sectores cuya representación se procura aumentar. Máxime si se considera que se les había convocado a votar dos veces, primero en agosto 2022 y luego en febrero 2023.
Decía aquel día Hernández Colón que “la democracia es el camino. En sus procesos fijamos nuestras esperanzas”. No se cultiva esperanza cuando se anuncia y se pospone una votación. Es peor cuando esa posposición y posterior cancelación, tiene como finalidad delegar el mandato, no en quién resultaría electo, sino entre quienes decidieron cancelar el voto de la gente.
Como populares nos corresponde hacer lo correcto. Debemos tomar el camino que fortalezca la institución y nos haga merecedores de la confianza del país. Es tiempo de renovar y reconstruir. En esta encrucijada el deber es sencillo: nos toca derrotar las enmiendas y encaminar la construcción del PPD que Puerto Rico necesita.