Las primeras planas de periódicos denuncian la profunda crisis de violencia de género que atravesamos en Puerto Rico, específicamente contra las mujeres e integrantes de la comunidad LGBTTIQA+. Según la Rama Judicial de Puerto Rico, la violencia de género “es la que ocurre cuando una persona demuestra conductas que causan daño físico, [económico, emocional] sexual o psicológico a otra persona motivada por los estereotipos de género creados por la sociedad”. También se incluyen las amenazas de realizar tales actos.
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Los estereotipos de género son creados por la sociedad y esta es la verdad. Según la Orden Ejecutiva 2021-013, “[c]uando se habla de estereotipos de género, se refiere a las opiniones o prejuicios basados en las funciones sociales o relaciones de poder de un género sobre otro que determinada cultura le asigna al hombre o a la mujer”. Por tanto, no debe quedar duda alguna que estos estereotipos fueron basados en los prejuicios que la sociedad misma, las personas que la componen, han creado, han enseñado y promovido.
Por tanto, no podemos ignorar que es nuestra responsabilidad como sociedad erradicar estas conductas que fueron creadas, impuestas, que matan, son violentas, y no permiten que se viva en paz y en tranquilidad. Un primer paso que debemos tomar como sociedad es reconocerlo. Debemos reconocer que ninguna persona nace perteneciéndole a otra, tampoco prefiriendo un color debido a su sexo, o una profesión por su sexo. No se nace perteneciendo a un “sexo débil”, ni cuestionándose si por su sexo puede o no usar cierto tipo de ropa. Todas estas conductas las hemos ido aprendiendo y repitiendo, lamentablemente, y se han plasmado estos estereotipos y violencias en nuestra cultura e instituciones. Estas conductas y estereotipos no permiten que las mujeres y la comunidad LGBTTIQA+ viva en paz y en seguridad. ¡Debemos erradicarlas ya!