Hace poco más de un año, denuncié el funcionamiento del Departamento de la Familia con relación a los casos de maltrato a menores sin atender. La falta de prioridades y la carencia de recursos económicos y humanos para atender nuestra niñez fue y es alarmante. En aquel momento, contrastamos cómo el Gobierno estaba presto a pagar $7 mil millones en efectivo a sus acreedores mientras en Familia se necesitan 300 trabajadores sociales para atender miles de llamadas de posibles situaciones de maltrato de menores, de las cuales el 50% son catalogadas como de peligro inminente (deben ser atendidos en menos de 48 horas) y simplemente no se atendían. Ni hablar de los sueldos de estos profesionales. El mismo asciende, hoy, a cerca de de $1,700 mensuales.
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Esta semana, nuestra Comisión de Gobierno evaluó el PC 1333, de la autoría del compañero Denis Márquez y este servidor, que busca declarar un Estado de Emergencia por Violencia Infantil en Puerto Rico, y la Resolución de la Cámara 683, que nos ordena investigar el fenómeno de la violencia juvenil en la Isla. Es lamentable que, trece meses más tarde, casi nada ha cambiado en la situación del Departamento de la Familia. El Departamento reconoció que tiene acumulados y sin investigar 10,458 casos de posible maltrato de menores, algunos desde el 2016. A la misma vez, reveló la reducción de cerca de un 60% en la cantidad de trabajadores sociales para atender dichos casos desde el 2009 al presente.
Mientras lo ideal es que a una trabajadora social en una Unidad de Investigación Especial se le asignen de cuatro a cinco casos diariamente, hoy tienen doce casos referidos por día y, en ocasiones, según la propia subsecretaria del Departamento, un caso le puede tomar hasta 32 horas. Esta realidad coloca a miles de niños y niñas en situaciones de peligro que pueden costarle la vida sin que el Gobierno tenga posibilidad de protegerlos. Eso es inaceptable.
Pero, más aún, esto es otra demostración de que el Gobierno no coloca los recursos donde hacen falta. Todos hemos visto las conferencias de prensa del Gobierno de turno celebrando miles de millones en asignaciones de fondos federales, mientras las agencias que brindan servicios esenciales al pueblo siguen careciendo de recursos. En este y otros asuntos, el País necesita menos figureo y más sensibilidad.