Opinión

El que se pica...

Lee aquí la columna de opinión del vicepresidente de Proyecto Dignidad.

Luego de nuestra convención celebrada en Ponce, han surgido en las redes sociales, y en programas de radio y televisión, un sinnúmero de cuestionamientos con relación a Proyecto Dignidad y su futuro político. Como siempre, la cabeza del asunto del estatus político de Puerto Rico se asoma en los discursos de aquellos que sudan por las noches en sus sueños, y se estremecen con el solo pensamiento de que Proyecto Dignidad pueda afianzarse como fuerza política. Sufren de dignifobia. Nos han catalogado desde inmovilistas, estadolibristas, grandes y chiquitos, populetes, comunistas, socialistas, independentistas, extrema derecha, fundamentalista, fascistas, peligro para la democracia, ignorantes del sistema político norteamericano, etc. Todo un popurrí ideológico.

La realidad es que Proyecto Dignidad esta súper claro sobre el asunto del estatus. Creemos en atender el asunto con seriedad, desprendimiento y madurez política. Esto implica, sobre todas las cosas, el respeto a la decisión democráticamente electa por la mayoría. Entiéndase un proceso de solución de estatus donde se informe y eduque a la ciudadanía sobre las implicaciones reales de cada fórmula. Llegado este momento, Proyecto Dignidad, como partido político, no impulsará una fórmula específica, sino que respetará la voluntad de cada uno de sus miembros sobre esta materia.

Si algo nos distancia de todas las demás propuestas políticas en Puerto Rico es que, para Proyecto Dignidad, toda política pública debe estar fundamentada en los intereses de la persona, la familia y la comunidad, esto incluye el tema del estatus. Hasta el presente, todos los partidos políticos promueven opciones de estatus que les sirven para mantener la autoridad y el poder del gobierno de Puerto Rico. En cambio, para Proyecto Dignidad, el centro no es el gobierno, sino el bienestar de la persona, la familia y la comunidad.

Siendo un partido fundado sobre estos principios, y no sobre ideologías de estatus, combatimos con nuestras acciones la desorientación de los partidos que recurren al estatus político para aglutinar una mayoría electoral que les permita llegar al poder. Esta táctica, para propósitos exclusivamente electorales, obstaculiza la atención de los problemas inmediatos y profundos que enfrenta Puerto Rico. Para estos partidos, la resolución del estatus político se presenta como la solución mágica o, peor, como la condición absolutamente necesaria para la consecución del bien común.

Para contrarrestar este gran error, tenemos que entender que cada uno de nosotros, nuestras familias y nuestras comunidades no somos la estructura del Gobierno de Puerto Rico. El Gobierno tiene que ser una herramienta que fomente y facilite el crecimiento económico y social de la Isla, al servicio de la persona, la familia y la comunidad. Nosotros no estamos para servir al Gobierno.

Así, nuestro enfoque es que cada persona, familia y comunidad tenga la oportunidad y la libertad de forjar su mejor proyecto de vida. El debate del estatus ha probado ser la alfombra debajo de la cual se pretende ignorar los serios retos que enfrenta Puerto Rico, así como la corrupción e incompetencia de los políticos de turno. En Proyecto Dignidad, estamos comprometidos a trabajar para resolver los problemas económicos y sociales de Puerto Rico – reconociendo el estatus como uno de esos problemas. Pero nuestra prioridad es, y siempre será, la persona, la familia y la comunidad. Ese es nuestro norte y nadie nos desviará de este camino.

Más columnas de miembros del Proyecto Dignidad:

Síguenos en Google News:Google News

Lo Último