Lo correcto debe ser levantar bandera para debatir, sin ánimo temprano de oposición o apoyo, sobre el proyecto que pretende radicar el representante Enrique Meléndez para establecer una prohibición local a la red social Tik Tok.
Ya en varios estados de EEUU se han aprobado medidas similares y el gobierno federal también ha restringido el acceso a Tik Tok, todo fundamentado en la presunción de que la plataforma de creación china es utilizada para diseminar propaganda antiamericana o a favor de ciertas causas, lo que pudiera causar una inestabilidad social o inquietudes ciudadanas no simpáticas para el establishment.
Acá en Puerto Rico a ese discurso “federal” se le añade la “preocupación” del estado sobre una exposición de nuestros niños a posible contenido no apropiado de índole sexual o que les puede llevar a cometer actos peligrosos, como el caso del nene de Guánica que se fugó de su casa hace unas semanas presuntamente siguiendo un reto de la aplicación.
Nunca he sido fanático de la visión paternalista del Estado. Es decir, pretender que el gobierno nos cuide de todos los “males” y “enemigos” más allá de los que nos amenazan como colectivo y que afectan nuestros intereses comunes, no debe ser correcto por varias razones. Primero, como ciudadanos tenemos unas responsabilidades que atender sobre nuestras vidas y sobre aquellas bajo nuestra tutela, es decir nuestros menores. Segundo, esa visión paternalista de gobernar se presta para tantas otras cosas que al final son contrarias a lo que se promovió como idea original.
En este caso, por simpática y adecuada que pueda ser la medida de Meléndez creo que la misma amerita más debate como dije anoche en el programa “Primera Pregunta” por Telemundo. Podría ser cierto que Tik Tok es una aplicación abominable y con intenciones macabras sobre nuestra sociedad. Pero, acaso no hay tantas otras con similares características. ¿Por qué a esta sí y a otras no? ¿Prevalece aquí el ánimo de controlar los discursos políticos que entran a través de nuestros teléfonos?
Supongamos que como país no queremos recibir los mensajes que los creadores de Tik Tok nos quieren enviar subliminalmente y aprobemos una ley para que no entre jamás a nuestras costas isleñas, ¿No estamos abriendo la puerta para que en el futuro otro legislador proponga lo mismo sobre un medio u otra aplicación con propósitos legítimos so pena de que nos hace daño, pero con el propósito escondido de manipular la información que recibimos?
Creo que mientras más afuera esté el Gobierno en el control de la información que recibimos, mejor. Llámese red social, televisión, radio o periódico. Creo que como ciudadanos tenemos que ser inteligentes al momento de asimilar lo que leemos y vemos en las redes sociales, aunque en ocasiones sectores de la población validan lo primero que ven. Y creo que los que somos padres, por más difícil que sea en estos tiempos, tenemos que ser nosotros los responsables en restringir lo que consumen nuestros niños a través de los dispositivos móviles que ya tienen desde pequeños.
Abrir la puerta a censurar so color de “protegernos”, es peligroso. No dudo que Quiquito Meléndez tenga buenas intenciones pues es de los legisladores más ecuánimes y serios que he conocido. Pero mi miedo es con los que vengan detrás, con menos intelecto y cero responsabilidad pública.
¿No cree usted? Me pregunto.
Que siga el debate.