Un equipo de investigación del Boston College (Estados Unidos), del University College de Dublín (Irlanda) y de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) realizaron un estudio – en una alianza con la organización 4 Day Week Global – sobre la implementación de una jornada laboral de cuatro días, en vez de la jornada de cinco días a la que hemos estado sometidas por sobre cien años.
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Durante el primer año del programa piloto, se probaron beneficios de manera consistente para los patronos y para empleadas y empleados. Se documentó una disminución en las aflicciones relacionadas al estrés y una mejoría significativa en su bienestar y calidad de vida. Los patronos mostraron una disminución en el ausentismo, una productividad igual o mayor a la conseguida como parte de la semana de cinco días y una disminución en las facturas de utilidades. Estos informaron que el 63 % de los casos reflejó mayor facilidad para atraer y retener el personal cuando se les ofrecía la posibilidad de laborar en una semana de cuatro días. Otro aspecto positivo es bajar el consumo de energía en el lugar de trabajo, el recorte a las emisiones de carbono y, además, se constató que un día libre extra aumentaría las actividades bajas en carbono, al reducirse el consumo en general. Estas actividades son: hacer ejercicio, visitar a la familia o descansar.
En Puerto Rico, el Movimiento Victoria Ciudadana presentó la Resolución Conjunta del Senado 394, para ordenar a la Oficina de Administración y Transformación de los Recursos Humanos del Gobierno de Puerto Rico que diseñe un plan piloto para las agencias e instrumentalidades públicas que permita implementar una semana laboral de cuatro días sin disminución de salario. Varias jurisdicciones en Estados Unidos y en otros países han establecido semanas de trabajo de cuatro días para promover mejores condiciones de vida para sus trabajadores, trabajadoras, y para proteger el medioambiente.