El modelo de privatización de las escuelas chárter desvía los fondos públicos -destinados hacia la educación pública- a entidades privadas. Unos ejemplos recientes de las políticas de privatización de servicios esenciales son la energía -a través del consorcio LUMA Energy y Genera PR- a través de HM Ferries con el indispensable transporte marítimo y además, a través de las aseguradoras con el sistema de salud. En ninguno de estos ejemplos se ha visto un alivio de los costos que paga la ciudadanía, ni una mejoría en el servicio. Por el contrario, el servicio es mediocre, más costoso y con total falta de transparencia y rendición de cuentas. El modelo de las escuelas chárter es un modelo de negocios (y no de enseñanza) que ha demostrado que no mejora el aprovechamiento académico y que precariza las condiciones de empleo del magisterio.
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Es importante aclarar que la lucha en contra de la privatización no equivale a defender la estructura burocrática, centralizada o la mala administración pública actual del Departamento de Educación (DE). No es cierto que solo tengamos dos alternativas como nos han hecho creer: la falsa solución de la privatización o la mala administración pública existente. La tercera alternativa, que es la que promovemos, es la buena administración pública.
La buena administración pública del DE es aquella que incluye, promueve y fortalece la participación democrática del toda la comunidad escolar: sector laboral, ciudadano y al vecindario. Esto debe incluir a quienes proveen el servicio y a quienes necesitan del servicio. Debemos establecer estos procesos democráticos y participativos.
La democratización del DE es la alternativa por la que tenemos que seguir luchando. Un paso en esa dirección es que se apruebe la Resolución Conjunta del Senado 424, para que el DE establezca una moratoria a la expansión de las escuelas chárter a que se investigue la forma en la que el DE está privatizando instituciones educativas bajo el modelo chárter y garantizar que las escuelas públicas existentes cuenten con los recursos adecuados.