El Capítulo de Pediatría del Colegio de Médicos y Cirujanos de Puerto Rico (CMCPR), la Sociedad Puertorriqueña de Pediatría (SPP), el Capítulo de Puerto Rico de la Academia Americana de Pediatría (AAP), la Asociación Medica de Pediatras de la Región Oeste (AMPRO) y la Asociación Medica de Pediatras de la Región Este (AMPRE) celebraron una conferencia de prensa el pasado martes para alertar sobre las situaciones que afectan y amenazan la estabilidad de la práctica de la pediatría en Puerto Rico y el acceso a los servicios de salud que se ofrece a la niñez y a la adolescencia.
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Los gremios denunciaron que una encuesta realizada recientemente, en la que participaron 359 pediatras generales, arrojó que el 50 % de las personas encuestadas expresó que la barrera más grande que confrontan para ejercer la práctica son los planes médicos y su baja remuneración. Las denuncias de profesionales de la salud en contra del control y la remuneración de las aseguradoras no son recientes e incluye a todas las especialidades.
Las personas pediatras que ejercen en la practica privada no han recibido una revisión en su tarifa desde el 1993, por lo que llevan recibiendo la misma tarifa de parte de las aseguradoras. Es decir, están recibiendo una remuneración que no está acorde con la inflación que les afecta en su aspecto personal y en la operación de sus oficinas. Esto ha provocado una escasez de pediatras, una especialidad que atiende a la población desde su nacimiento hasta los 21 años, es decir, en su desarrollo.
Urge un seguro de salud universal que deje de atender la salud como un negocio en vez de como un servicio esencial. No podemos continuar dejando que las auguradoras dicten los tratamientos, el servicio y mantener la remuneración a pediatras estancadas por décadas, mientras estas continúan reportando ganancias millonarias, a costa de nuestra salud.