Opinión

La esperanza al poder

Lee aquí la columna del representante del Partido Independentista Puertorriqueño.

Dice la canción, “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”, pero en la Cámara de Representantes no es así; aquí, no es sorpresa que se violente la constitución, que el proceso legislativo esté plagado de arbitrariedades y que el método excepcional del descargue se ha convertido en uno ordinario, sin importar las consecuencias que conlleve.

Lo acontecido en la sesión del pasado lunes es el mejor y más reciente ejemplo de esas irresponsabilidades legislativas, cuando un grupo de legisladores populares —en contubernio con los penepés— aprobaron una serie de cambios al Código Electoral. El proyecto radicado el mismo lunes, fue descargado y aprobado atropelladamente, sin estar disponible para su lectura y análisis y tampoco se permitió debatir el mismo.

Los 14 representantes del Partido Popular Democrático (PPD) que votaron a favor de este proyecto lo hicieron aun cuando hace un mes y medio votaron a favor de otra medida totalmente opuesta, que fue acordada en consenso y garantizaba los derechos de todos los partidos políticos.

Entre los cambios aprobados ahora, se permite el lenguaje excluyente de la Ley actual e incluso añade ciertos elementos, como la composición de las Juntas Temporeras durante el año de elecciones, disponiéndose que solo estarán representadas en las mismas el Partido Nuevo Progresista (PNP) y el PPD.

El proyecto, además, dispone que durante el año electoral solo el PNP y el PPD tendrán acceso ilimitado a empleados por destaque para realizar trabajo electoral. O sea, los penepés traerán empleados de las agencias y los populares de sus municipios, para hacer trabajo electoral pagado con fondos públicos, en momentos en los que hay una escasez de servicios a la ciudadanía. Pretenden, además, limitar la forma en la que los partidos y los candidatos postulan candidatos al Senado y a la Cámara por acumulación, lo cual es un disparate jurídico.

El miedo que arropa al bipartidismo —que por décadas ha llevado al país a la quiebra y crisis social actual— es la única explicación de estos actos disparatados, por ello la verdadera sorpresa se la llevarán cuando el país rompa con el bipartidismo y, como ya expresado la compañera María de Lourdes Santiago, llevemos la esperanza al poder.

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