Opinión

Crisis hospitalaria

Lee aquí la columna del representante del Partido Independentista Puertorriqueño.

Recientemente se ha estado discutiendo en el país los problemas financieros que tienen varios hospitales privados. Los factores que llevan a la quiebra a cualquier institución de salud en Puerto Rico son múltiples pero, uno que siempre está presente, es la relación comercial con los médicos, que como siempre, controla los pagos a estos proveedores.

Esta semana, como parte de una vista ocular de la Cámara de Representantes, visité el hospital general de psiquiatría Dr. Ramon Fernández Marina en Centro Médico con el propósito de conocer el estatus de sus servicios, las labores que se realizan, discutir el tema del hacinamiento, entre otros. Este hospital atiende los casos más complejos de enfermedades mentales, son los denominados casos de cronicidad, que no atienden los hospitales privados. En dicha visita surgió lo que no es sorpresa para nadie, que los planes médicos le deben dinero al hospital por los servicios que ofrecen y que los días de hospitalización son limitados a base de lo que cubren los planes médicos. Una vez más, un hospital público que brinda el servicio más difícil y complejo tiene que enfrentar problemas para cobrar sus servicios a los planes médicos.

Cerca de este hospital se encuentra la sala de trauma de la Administración de Servicios Médicos de Puerto Rico (ASEM), hospital público que atiende las condiciones de emergencia más críticas por accidentes, actos violentos, entre otros que, por su complejidad y gravedad, no se atienden en hospitales privados. Recientemente funcionarios de ASEM describieron en vista pública la situación deficitaria de la institución como resultado, principalmente, de la acumulación de deuda de las entidades participantes ($12.6 millones) y las aseguradoras ($13.0 millones) al 31 de enero de 2023. Actualmente “las aseguradoras solo le pagan a la ASEM alrededor del 45 % de los costos incurridos”.

Por otro lado, el Departamento de Salud ha reconocido que hay cinco pueblos sin CDT: Hatillo, Utuado, San Lorenzo, Vega Baja y Yauco. En los casos de Hatillo y San Lorenzo, tampoco hay hospitales, solo tienen centros de salud primaria o Centros 330, pero no tienen horario nocturno.

Esta crisis hospitalaria nos convoca a transformar nuestro sistema de salud como el que hemos propuesto en nuestro proyecto 113 para un plan nacional de salud universal.

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