El señor Gallant, ministro de Defensa de Israel, en reacción a los ataques del grupo Hamás, cortó las provisiones de alimentos, de electricidad y de combustible a toda la población de Gaza. Israel ha privado y continúa privando a una población de 2.2 millones de seres humanos de alimentos, de electricidad y de combustible. No se puede sobrevivir a esto. Ordenó, además, la evacuación de más de un millón de personas en 24 horas de sus hogares, bajo ataques. Estamos viendo un caso terrible de castigo colectivo, de lesa humanidad y de violación de derechos humanos. Sin embargo, pocos jefes de estado se han pronunciado en contra de los crímenes de guerra de Israel contra el pueblo palestino.
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En octubre de 2022, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen se dirigió a integrantes de la legislatura del Parlamento Europeo. Con relación a los ataques de parte de Rusia a la infraestructura de población civil y estaciones de electricidad de Ucrania, con misiles y “drones”, la señora von der Leyen dijo que eran “actos de puro terror” equivalentes a crímenes de guerra. También dijo que los ataques de Putin dirigidos a la infraestructura de población civil en Ucrania para dejar a hombres, mujeres y a la niñez sin agua y electricidad eran actos terroristas. Nos vemos obligados a concluir que, si se denunciaron estos actos, correctamente, como crímenes de guerra, también se deben denunciar como crímenes de guerra cuando los hace Israel, como los está haciendo contra el pueblo palestino.
Es notable la diferencia entre los que rechazan los ataques a unos civiles pero se mantienen en silencio cuando los ataques son contra otros civiles. No debiera ser así. Debemos todos rechazar los ataques a los civiles de todas las nacionalidades y de todos los pueblos. Miles de niños y niñas han muerto en Gaza por los ataques aéreos de Israel. Esto no puede jamás usarse como pretexto para “combatir el terrorismo”. Toda nuestra solidaridad con Palestina.