Opinión

Justicia para el personal exento

Lee la columna de la portavoz del Movimiento Victoria Ciudadana.

Según la Ley Federal de Normas Justas del Trabajo, el salario mínimo semanal para las personas exentas del pago por las horas extraordinarias trabajadas, o como se conoce en Puerto Rico, horas extras, es de $684. Es decir, que para que una persona esté exenta de recibir el pago por las horas que de manera extraordinaria que trabajó, el patrono está obligado a pagarle un salario mínimo de $684 semanales. El propósito de tener un horario fijo de trabajo es poder planificar la vida, las responsabilidades, los cuidados propios y de familiares, entre muchas otras cosas. Como regla general, si un patrono le requiere a un empleado trabajar horas luego de terminado su turno a tiempo completo, el patrono se ve obligado a pagar más de lo que usualmente cobraría por una hora regular de trabajo, debido al malestar provocado por exigir que trabaje tiempo adicional. Sin embargo, existe un personal que debido a, entre otras cosas, la cantidad de dinero que recibe, el patrono está exento de pagarle por las horas trabajadas adicionales a su turno. Si un empleado no recibe este salario mínimo semanal, el patrono viene obligado a pagarle por las horas extras trabajadas una compensación adicional.

En Puerto Rico, el salario mínimo semanal es $455 desde el 2004, porque cuando en el 2020 se aumentó el mínimo semanal de $455 a $684, excluyeron a Puerto Rico. Ahora, el Departamento del Trabajo Federal le notificó al Departamento del Trabajo de Puerto Rico que está considerando aumentar ese límite a $1,059. El Secretario del Trabajo, Gabriel Maldonado, en vez de cumplir con su deber ministerial de “patrocinar, alentar, desarrollar los intereses y el bienestar de los trabajadores de Puerto Rico, laborar por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo y promover oportunidades para obtener empleos lucrativos” está, como dice la prensa, de la mano del “sector privado” (más bien de la mano de las organizaciones patronales) hablando de los posibles impactos negativos de este tan merecido aumento. Ya basta de objetar el salario mínimo, cuando debería estar abogando por mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la clase trabajadora.

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