En Puerto Rico hubo proyectos económicos de agricultura, de manufactura y de petróleo químico. El proyecto del petróleo químico se desplomó con la crisis del petróleo de los 1970′s. Como una medida para mitigar el impacto terrible de la crisis del petróleo se aprobó una enmienda al código de rentas internas federal: la sección 936. Esta medida permitió el establecimiento de empresas de manufactura cuyos ingresos —producidos o declarados en Puerto Rico— gozaban de exención contributiva. Esta medida fue eliminada sin un proyecto económico para mitigar su impacto.
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Ninguno de los proyectos económicos que hemos experimentado ha tomado en cuenta nuestras necesidades. Por otro lado, ninguno de los proyectos pudo elevar la participación laboral a niveles adecuados. La insuficiencia de los recaudos provocada por las distintas medidas de exención contributiva hizo que los gobiernos recurrieran a la emisión de la deuda lo que llevó al gobierno al impago en el 2014. La respuesta del congreso tampoco tomó en cuenta nuestras necesidades. Así se impuso la Junta de control fiscal cuyo programa es la continuidad de las políticas que se han venido imponiendo en Puerto Rico desde hace décadas.
Tenemos la capacidad de desarrollar propuestas a partir de nuestras necesidades. Debemos estimular la actividad productiva y para eso tenemos que contar con empresas privadas; con empresas públicas como puede ser la producción de medicamentos bioequivalentes para lo cual se debe recuperar la infraestructura que han dejado las empresas que se han ido del país; con empresas que sigan el modelo cooperativo; con empresas propiedad de trabajadores(as); con pequeñas y medianas empresas; con iniciativas de emprendimiento individual o familiar y fomentar la agricultura desde una perspectiva agroecológica. Nuestro modelo económico tiene que tomar en cuenta de manera prioritaria la protección del medioambiente. Podemos hacer los procesos más democráticos en el ámbito económico.