Opinión

El follón del código sanjuanero

Lee aquí la columna del periodista y director de programación de NotiUno.

Somos la isla que quiere cambios en la calidad de vida, pero dejando todo como está. Demandamos al gobierno que tome acciones, pero cuando las toman, nos quejamos. El ejemplo más reciente es el Código de Orden Público del Municipio de San Juan.

No existe manera de que se complazca en algo a todo el mundo. Eso no ocurre aquí, ni en ninguna parte del mundo. Yo creo firmemente en la ley y el orden, en que mi conveniencia económica no puede ser ni puede ir por encima de los derechos de los demás.

Yo vivo y he vivido en San Juan por muchos años. Cerca de mi residencia había, hace un tiempo, una discoteca/barra cuya música me despertaba a las 3:00 a.m. y el “boom, boom, boom” del bajo de las bocinas duraba hasta las 5:00 a.m.

El nuevo código sanjuanero establece unas pautas de convivencia entre comercios y residentes, pero no es que pone el peso en los comercios. Los residentes también tienen unas limitaciones para convivir entre sí. Por ejemplo, dice el código que un ciudadano no podrá ni usar una podadora entre 8:00 p.m. y 7:00 a.m. del día siguiente. ¿Eso está mal?

Ahora bien, la controversia con el código ha girado respecto a los comercios que se quejan, específicamente en dos aspectos: primero que se les quita una hora diaria en la madrugada para vender bebidas alcohólicas (no para operar) y que les controlan los decibeles de ruido con la música.

La regulación baja la hora de autorización de venta de bebidas alcohólicas de las 2:00 a.m. a 1:00 a.m. entre domingo y jueves, mientras que viernes y sábado la baja de 3:00 a..m a 2:00 a.m. Dicen los comerciantes que eso les ha bajado las ventas entre un 60 % y 74 %. Eso no lo cree nadie. ¿Usted me va a decir a mí que abre un negocio a las 12:00 del mediodía o 3:00 p.m., que cierra a la 1:00 o 2:00 a.m, que el 74% de sus ventas esa específicamente en esa última hora de la madrugada y que en el resto de 8 o 12 horas solo vende un 26 %? Cójanlo suave con el paquete. Repito, eso no lo cree nadie. Indican que su clientela se va a Carolina y Caguas. Según se ha dicho, estos municipios son más restrictivos con sus códigos.

Otro aspecto es el del ruido, principalmente por música con volumen “a tó jender”. Prohibe: “Producir cualquier sonido que exceda de los sesenta y cinco (65) decibeles, entre las siete de la mañana (7:00 a.m.) y las diez de lo noche (10:00 p.m.), o que exceda de cincuenta y cinco (55) decibeles desde las diez de la noche (10:00 p.m.) a las siete de la mañana (7:00 a.m.)… Emitir cualquier clase de sonido fuerte, perturbante, intenso, desagradable y frecuente que, a la luz de la totalidad de las circunstancias, ocasione molestias, afectando la tranquilidad y el pacífico vivir y que excede los límites del orden común incluyendo, pero no limitado a los que se oyen desde la calle o en forma tal que importune a los vecinos”.

Me parece justo con la comunidad. Ningún establecimiento debe tener derecho a jo…robar la paz de los demás amparándose en el desarrollo de su bolsillo o la economía de la isla. La única parte que a mí me parece que se debe revisar es la que pone en el agente de la policía la discreción de si hay X o Y decibeles por su percepción.

Dice: “En el caso de que la intervención se origine debido a la querella de un vecino, el agente del orden público determinará, mediante su percepción o utilizando un sonómetro o medidor de sonido, si el sonido es fuerte, perturbante, intenso, desagradable y frecuente, o por encima de los decibeles permitidos, desde el lugar donde el vecino querellante alega percibir el sonido o ruido innecesario…”. Hay agentes responsables que cumplen y otros que simplemente le puede coger manía a un negocio, un comerciante y decidir que, bajo su percepción, se viola el código, solo por jo… Eso es como ahora permitir que un policía de tránsito pueda detener y multar a un conductor porque su percepción es que se pasó del límite de velocidad por 5 millas. Eso no puede ser así.

En terminos generales, el código hace falta. Hoy se convive entre negocios y residencias en muchos lugares, y los residentes de las zonas turísticas, que quizás llegaron primero que el negocio, no tienen que vivir un martirio porque un negocio quiere vender una hora más de jolgorio para hacer más dinero o meter una banda u orquesta a las 12:00 de la medianoche. Ese vecino no es menos que el que vive en otro lugar.

Aunque hay áreas para mejorar y corregir, creo que hay balance. Obviamente un comerciante no lo va a admitir. Yo soy pro comerciante y los respaldo constantemente auspiciandolos económicamente y promocionándolos en mis redes, sin ningún costo. Pero también soy un ciudadano que quiere y que tiene el derecho a vivir en paz, como los del resto del país o como los comerciantes que viven sin tener jolgorios diarios en sus comunidades alterándoles su calidad de vida. Podemos convivir, pero nuestra paz y tranquilidad no puede ser sacrificada con la excusa de que se van a perder ventas.

Creo que pasará el tiempo y ningún negocio cerrará porque tiene una hora menos de venta de alcohol. ¿Por otras razones y le adjudicarán al código? Puede pasar. Pienso que esto es otra controversia temporera, como la que solemos tener cada semana y luego todo seguirá corriendo como de costumbre.

De igual manera, hay comerciantes que conozco que han sido responsables, que han tomado medidas y se convierten en buen vecino invirtiendo en sistemas para reducir el impacto del ruido y la música. Esas son las cosas que hay que hacer si no desea afectarse perdiendo tiempo y dinero batallando con el código o retándolo.

Más columnas de Alex Delgado:

Síguenos en Google News:Google News

Lo Último