Este año nuevo comienza con periodo de candidaturas, primarias y contiendas electorales. Por primera vez en la política reciente, se logró un acuerdo político entre dos partidos, el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) y el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), para combatir el anquilosado y desprestigiado bipartidismo y presentarle al país una alternativa de transformación y esperanza. Este acuerdo, que se trabajó y se pactó con el mayor desprendimiento político y con una responsabilidad histórica, ha provocado los ataques más bajunos, irresponsables y demagogos por parte de los que durante décadas nos llevaron a lo que vivimos: la quiebra económica y social.
Han recurrido, en pleno siglo XXI, a las falsedades y los cucos del pasado que usaron contra nosotros, para “meter miedo “en el proceso electoral. Es patético ver a jóvenes del colonialismo con posiciones retrógradas, que son capaces de revivir las carpetas y la persecución política para evitar, no la existencia de la alianza, sino la posibilidad del triunfo de esta.
Son los que mediante legislación prohibieron la posibilidad democrática de las candidaturas coligadas, los que no dieron paso a enmiendas a la ley para permitirlas y que se opusieron tenazmente en el tribunal. Han sido capaces de citar casos judiciales inaplicables, que no son opinión del Tribunal Supremo. La respuesta es contundente, continuáremos con la alianza, seguirán los diálogos y los acuerdos.
Desde el Partido Independentista Puertorriqueño continuamos desarrollando nuestro programa de gobierno de Patria Nueva, que no solo son propuestas, son soluciones concretas y precisas a los múltiples desafíos sociales, gubernamentales y económicos que enfrentamos en este país.
Vamos a estar en la calle, casa a casa, llevando el mensaje de que llegó el momento de la transformación, de cambiar, de comenzar a curar la enfermedad, de limpiar el gobierno, de reconstruir lo destruido. El tiempo del nefasto bipartidismo llegó a su final. No hay duda de que los intentos de miedo continuarán y nuestra respuesta será mayor audacia y seguridad en nuestro proyecto para una Patria Nueva. Con la honradez, valor y constancia de que somos la alternativa para salir del pasado y de este oneroso presente, hacia un futuro esperanzador.