Recientemente, como todos los años, recibí el informe sobre el Índice de Bienestar de la Niñez y Juventud 2023 y la Encuesta Socioeconómica de las Familias con Menores de Puerto Rico (ESeFaM) del Instituto del Desarrollo de la Juventud. Estos informes nos demuestran una vez más el claro diagnóstico de una sociedad con una inmensa desigualdad social.
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La situación descrita en estos informes es impactante, devastadora y debe suscitar reflexión y, sobre todo, derivar en legislación, acción social y política para la transformación de esta realidad.
En el renglón económico el 55 por ciento, alrededor de 300,000 niñas, niños y jóvenes viven bajo el nivel de pobreza. Un 40 por ciento de las familias con menores tienen al menos un padre sin empleo y un 13 por ciento de jóvenes entre los 16 y 19 años se encuentran sin matricularse y sin empleo. Se encontró que las familias de bajos ingresos son lideradas por mujeres que trabajan y participan de programas de protección social, pero que, aún así, enfrentan dificultades para satisfacer necesidades básicas del hogar. Además, el 79 por ciento de los hogares son monoparentales y el 85 por ciento de estos son encabezados por mujeres.
Sobre el panorama de empleo, las jefas y jefes de familias de bajo ingreso enfrentan obstáculos significativos que limitan el acceso a empleos. Un 61 por ciento carece de grados universitarios ni técnicos postsecundarios. Un 75 por ciento informó que la falta de cuido es un problema para poder trabajar. Un 48 por ciento lleva tres años o más sin poder participar del mercado formal y un 92 por ciento no ha tomado cursos de adiestramiento laboral en los últimos meses. De igual manera, un 70 por ciento citó los bajos salarios como otro factor limitante para entrar a la fuerza laboral.
En el aspecto educativo, el 52 por ciento de nuestra niñez, entre 3 y 4 años, no está matriculada en la escuela y un 14 por ciento de estudiantes matriculados, no asistieron a clase por sentirse inseguros en la escuela o en el camino.
Finalmente, cuando se trata de seguridad, un 5 por ciento de estudiantes han sido víctimas de “bullying” en la escuela y un 20 por ciento de menos ha consumido alcohol recientemente.
Esta horrible realidad que vive nuestra niñez es un mensaje contundente para el Gobierno y la Legislatura de acción urgente. Es necesario paz y justicia para nuestros niños y niñas.
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