El debate político generado por la nueva derecha ha llevado a periodistas y científicos sociales a hablar de discursos que plantean “una realidad alterna”. En la física se ha hablado de universos múltiples y en la psiquiatría uno de los síntomas de la psicosis es la percepción distorsionada de la realidad. En el ámbito espiritual puede decirse que las experiencias místicas y los trances de sacerdotes y sacerdotisas, médiums espiritistas o brujos/as, constituyen experiencias humanas con realidades alternas.
Pero las realidades alternas de la nueva derecha no son precisamente experiencias místicas, ni brotes psicóticos. Tampoco son planteamientos científicos sobre universos paralelos o multiversos cósmicos o virtuales. Se trata de construcciones carentes de base material o científica para adelantar posiciones políticas.
El debate sobre las vacunas ha sido y continúa siendo particularmente prolífico en la construcción de realidades y hechos alternos. Leyendo un debate en X (antes Twitter) decidí hacer una verificación de datos (“fact check”) utilizando el “chatbot” de inteligencia artificial “Copilot”. Le pregunté cuáles eran algunos de los argumentos erróneos sobre la vacuna de la COVID19 y me respondió:
- La relación entre la vacuna y los desórdenes cardiacos, cerebrales y sanguíneos es parcialmente correcta, pero en casos muy raros y poco frecuentes.
- No hay ninguna evidencia que indique que la vacuna aumente el riesgo de otro tipo de infecciones.
- La vacuna no contiene preservativos, células de fetos abortados, antibióticos ni metales, según argumentan algunos “anti-vaxxers”.
- No hay evidencia de que la vacuna afecte la fertilidad y las embarazadas enfrentan mayores riesgos si no se vacunan que vacunándose.
- La vacuna es efectiva para evitar complicaciones graves, hospitalizaciones y muertes causadas por la COVID19.
Pregunté específicamente si la vacuna contra la COVID19 causaba imantación. No, afirmó rotundamente el buscador dialógico de información científica disponible en la Internet. Añadió que la vacuna no sólo NO causa magnetismo sino que tampoco contiene microchips ni metales de ninguna especie. Las vacunas no se manufacturan con un proceso de “magnetofección” y advirtió que “es esencial buscar información confiable de fuentes fidedignas”.
En el ámbito económico, un aspirante boricua a ideólogo neoliberal afirmaba en X que la fuente de riqueza de las naciones eran la creatividad, el talento, el emprendimiento y la innovación de las empresas y los empresarios. Le respondí que la fuente de la riqueza de las naciones era el trabajo, según Adam Smith, padre del capitalismo moderno. Replicó que podía corroborar su argumento en la página de Internet del Adam Smith Institute. Busqué y descubrí que este es un “think tank” que “PROMUEVE” el libre mercado y las ideas neoliberales. Y, efectivamente, propone que las empresas y los empresarios son la base de la creación de la riqueza de las naciones.
Precisamente, “La riqueza de las naciones” de Adam Smith era una de las lecturas requeridas en el curso de ciencias sociales básico que tomé en la Universidad de Puerto Rico. Consulté la Internet, repasé la lectura, y pregunté a amigos economistas. El chatbot respondió con claridad que: Según Adam Smith, la riqueza de las naciones se origina principalmente del trabajo agregado de los seres humanos. La historia del pensamiento económico es clara: La economía clásica se contraponía a las nociones de los fisiócratas, que proponían que la tierra era la fuente de la riqueza de las naciones, y a los mercantilistas quienes argumentaban que eran los metales preciosos. Recordé, también, que mi profesor decía que Carlos Marx y Adam Smith coincidían en que la fuente de la riqueza era el trabajo, pero diferían en cómo debía distribuirse o retribuirse el producto del trabajo. Para el primero los trabajadores deberían ser mejor retribuidos, para el segundo, los inversionistas y las empresas.
La visión económica de la nueva derecha se monta sobre un argumento sin base en la literatura económica clásica, ni en la evidencia empírica. Se trata de ideas difundidas por ideólogos conservadores organizados en “think tanks” para dar un aura científica a ideas e interpretaciones “alternas” sin fundamentos científicos.
El pensamiento y la realidad alterna que pretende crear la nueva derecha criolla tiene como base la crisis de legitimidad política del siglo veintiuno. La mala gobernanza y la corrupción pública que se han convertido en la práctica de países democráticos, han desembocado en lo que el colega Roberto Alejandro ha llamado “crisis de legibilidad”. Esta crisis de congruencia entre el discurso y la acción política otorga licencia moral al conservadurismo radical para proponer y propagar discursos y propuestas de políticas públicas que carecen de base científica.
Para las ciencias sociales y naturales se trata de DISPARATES presentados con evidencias parciales o tergiversadas, ancladas en lo que la filosofía llama “silogismos cornutos” (argumentos engañosos). Prefiero las respuestas robóticas de la inteligencia artificial a las contorsiones y distorsiones discursivas de la alquimia social de la nueva derecha.