Mañana, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visitará Puerto Rico. La administración de Pedro Pierluisi debería exigirle a la administración Biden-Harris que cumpla con las promesas que hicieron para Puerto Rico durante las elecciones de 2020.
El plan Biden-Harris planteaba, por ejemplo, revertir la política de austeridad de la Junta de Control Fiscal, que se describía como una política dañina para Puerto Rico. En segundo lugar, planteaba asegurar que los representantes de Puerto Rico tuvieran voz y que la Junta de Control respetara la autoridad para gobernar de líderes electos(as) de Puerto Rico. Tercero, apoyaba una auditoría de la deuda. Cuarto, invertiría en la Universidad de Puerto Rico como un motor de crecimiento económico. Quinto, garantizaba el pleno acceso a los residentes en Puerto Rico a los programas de seguridad social y de bienestar federales.
Lo cierto es que la administración Biden-Harris no ha cumplido con estas promesas. Hemos visto cómo la Junta ha aplicado esas políticas de austeridad en el Centro Médico y en la UPR. Tampoco se ha asegurado la voz de representantes de Puerto Rico, de hecho, la JCF ha insistido en invadir más territorio que corresponde —por Constitución— al gobierno de Puerto Rico. Uno de los casos más dramáticos es el de anular leyes debidamente aprobadas por la legislatura y firmadas por el gobernador, confirmando que vivimos en una colonia.
Está muy claro que tampoco se ha auditado la deuda de obligaciones generales ni la deuda de la Autoridad de Energía Eléctrica, como se comprometió la administración Biden-Harris a hacer.
La administración Biden-Harris no ha hecho nada para impulsar esa auditoría. Y lejos de invertirse en la Universidad de Puerto Rico como motor de desarrollo económico, se sigue con la política de desmantelamiento de la UPR.
Exhortamos a la administración de Pierluisi a que tenga la valentía y la disposición de recordarle estas promesas incumplidas con el pueblo de Puerto Rico.