En mi columna de la semana pasada puntualicé las deficiencias administrativas y contables significativas que el Gobierno de Puerto Rico ha continuado demostrando bajo la administración Pierluisi/González. Le llamo el Gobierno de Pierluisi/González porque precisamente eso fue lo que le prometieron a Puerto Rico ambos en su plataforma de Gobierno. Fue la representación de Jenniffer González y Pedro Pierluisi que el Gobierno era de ambos, y que entre ambos, sacarían a Puerto Rico fuera de la crisis fiscal y de necesidad imperiosa de reconstrucción que necesita. Así lo expuso la actual Comisionada Residente Jennifer González en la plataforma de Gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP) para las elecciones del 2020:
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“No hay mejor combinación de experiencia, resultados y compromiso con servirle a nuestro pueblo que Pedro Pierluisi y yo. Una dupleta perfecta a nivel local y a nivel federal. Él, siendo demócrata y yo republicana, trabajaremos en equipo en Washington, para reconstruir a Puerto Rico y acabar la crisis fiscal en la que nos encontramos sumidos. Lograremos que los más de $120 millones que he conseguido para Puerto Rico finalmente se pongan al servicio de Puerto Rico”.
Esas no son mis palabras, son las palabras de la propia Comisionada Residente. Ella es una “dupleta” con el gobernador Pierluisi. La esencia de la dupleta es que, si uno falla, el otro también. En una dupleta es imposible ganar a menos que se ganen las dos carreras. La victoria en la carrera la definieron ambos como el trabajo en conjunto para liderar a Puerto Rico fuera de la crisis fiscal y lograr la reconstrucción de Puerto Rico. Ella misma se hizo parte del compromiso de lograr “que los más de 120 millones” en fondos de reconstrucción “finalmente se pongan al servicio de Puerto Rico”.
Los señalamientos de Jenniffer González durante la campaña primarista PNP al desempeño de su Gobierno reflejan la derrota de dicha dupleta. Esto es, la incapacidad del Gobierno Pierluisi/González de lograr verdaderamente gerenciar efectivamente los fondos federales y que Puerto Rico saliera de la crisis fiscal. La verdad es que este Gobierno ha sido incapaz de devolverle la credibilidad y efectividad contable a la administración gubernamental para poder lograr un desarrollo económico sostenible para Puerto Rico. La evidencia apabullante es que la dupleta ha fracasado.
Otra muestra de tan apabullante derrota es la aprobación de una Orden Ejecutiva firmada por el gobernador el 9 de abril de 2024, en donde alega que la economía de Puerto Rico está robusta y que se ha alcanzado eficiencia gubernamental, adoptándose medidas de manejo contable efectivas. No obstante, el gobernador expresa en su Orden Ejecutiva que “resulta necesario implementar medidas de responsabilidad fiscal”. Para ello anuncia la creación de dos comités. Uno para asesorar al Gobierno de manera tal que se cumplan con los requisitos para que Puerto Rico pueda nuevamente coger prestado. El otro va a estar bajo la supervisión directa del gobernador y su función será asesorarle en “la situación económica de Puerto Rico”, así como hacerle recomendaciones para “promover el desarrollo económico sostenible para evitar nuevas recesiones o depresiones económicas”.
La pregunta es: ¿quién ha estado asesorando al gobernador en estas áreas por los últimos tres años y cuatro meses? ¿No es precisamente la función de OGP, AAFAF, hacienda y el Departamento de Desarrollo Económico y Comercio el servir de asesoría y formular política pública en estos asuntos para el gobernador? Estamos ante la demostración más clara y contundente por parte de este Gobierno de su incapacidad de cumplir con una administración pública ágil, eficiente y confiable. La Junta de Supervisión Fiscal se lo dice, la gente lo expresa en las calles, nuestros adultos mayores lo reflejan al ser el sector de nuestra población que con más frecuencia están presentando quiebras en Puerto Rico. Hasta su propia dupleta se lo dice. ¿Cuál es la solución? Nombrar dos comités. Alguien dijo alguna vez que “un camello es un caballo diseñado por un comité”. Si seguimos dejando que las cosas pasen, simplemente seguiremos “jorobados”, como los camellos.
Puerto Rico necesita un Gobierno que ejecute, que sea ágil, que haga una reingeniería de sus recursos económicos y humanos. Un Gobierno que sepa administrar eficientemente en tiempos de crisis. No necesitamos más discursos, ni comités, necesitamos ejecución. En el 2024, necesitamos elegir a una persona probada en la ejecución en tiempos de crisis y que sus resultados hayan sido positivos para su pueblo. Hay uno solo de los candidatos a la gobernación que a través de los últimos 20 años ha logrado levantar a un pueblo de la quiebra y llevarlo a un superávit, sin deuda actual. Ese es Javier Jiménez. Ningún otro candidato tiene esa ejecutoria en su resume. En el 2024, votemos diferente. ¡Adelante, con fe!