La elección por la alcaldía de Ponce, así como todos los escaños legislativos relacionados al municipio, será en las próximas elecciones, si no la más, una de las tres en que mayor atención se pondrá. Gobernación y San Juan son las otras dos.
En el caso de la Ciudad Señorial ya se decidió que será la alcaldesa interina, Marlese Sifre, la candidata del Partido Popular Democrático (PPD), lo que le cambia el juego al Lcdo. Pablo Colón, quien se proyecta como la figura que prevalecerá en la primaria del Partido Nuevo Progresista (PNP) .
El suspendido alcalde, Luis Irizarry Pabón, con su caso judicial, era una presa fácil para Colón, pero ya no es el candidato. La alcaldesa no ha tenido tiempo para mostrar su capacidad administrativa como tal porque nadie hace algo “wow” en dos o tres meses, pero sí ha demostrado que es una “política terminá”.
No se vislumbraba una candidatura de esta para la alcaldía, más bien era el representante Ángel “Tito” Fourquet quien demostraba interés, al punto que es él quien fue invitado a participar de la famosa reunión donde se firmó un acuerdo entre la cúpula de la Pava, Irizarry Pabón y el legislador. Sifre quedó en aquel momento fuera de cualquier panorama como candidata para sustituir al suspendido alcalde.
No obstante, mientras todo Puerto Rico se enfocaba en Irizarry Pabón, Fourquet y la cúpula del PPD, Sifre se movía donde tenía que moverse a nivel político: en la base popular ponceña y en la alcaldía. Aumentos de salario a empleados municipales, entre otras cosas, fueron su campaña política para afincarse en la candidatura, en caso de que el alcalde se quitara o lo quitaran. Ella se las juega, y Pablo Colón, o quien quiera que termine siendo el candidato a alcalde por el PNP, ya no tiene un acusado como candidato, y por lo que hemos visto tienen una candidata aguzá. La campaña del PNP a nivel local, por más que digan que no, tiene que ser modificada. Tampoco es lo mismo hacer campaña contra un varón que contra una mujer. Fíjense en la primaria PNP, donde la comisionada residente ha recurrido a que la atacan por ser mujer hasta cuando la tocan con un pétalo de rosa. Una campaña contra una fémina debe o tiene que ser más cautelosa. Recuerde que el reclamo de igualdad en ocasiones es, por parte de algunos sectores, selectivo o invocado dependiendo de la causa.
Ahora bien, la campaña contra el PNP en Ponce es lo menos que debe preocuparle a la alcaldesa Sifre. Esa es bastante fácil porque al oponente de otro partido se le zumba “barrecampos”, sin mucho cuidado, a ver cuántos golpes se conectan y con qué intensidad. El caso judicial contra Irizarry Pabón pudiese ser un campo minado para Marlese Sifre, donde debe tener sumo cuidado de no pisar una bomba de esas que se activan y explotan cuando uno levanta el pie.
El juicio contra el alcalde suspendido inicia el 6 de junio, si no es que comienza una racha de suspensiones. La alcaldesa es una de las testigos del Fiscal Especial Independiente (FEI) contra el alcalde y si finalmente la sientan a declarar, pues debería tener mucho cuidado de cómo su declaración pueda afectar al alcalde suspendido. Ciertamente el compromiso de un testigo que declara en un proceso judicial tiene que ser decir toda la verdad de lo que sabe, en primera instancia para que sea un proceso justo, y en segundo lugar porque se está declarando bajo juramento. No obstante, en la búsqueda de ser electa alcaldesa, lo que diga sobre el exalcalde, aunque esté en desgracia, puede costarle.
En mi opinión, hoy, la alcaldesa Sifre no será sentada a declarar por las fiscales del FEI. Todo testigo que siente el ministerio público debe aportar a la teoría de las fiscales de que Luis Irizarry Pabón es una persona capaz de abusar de su poder contra empleados del municipio y que es una figura deshonesta. Lo menos que debe hacer un testigo de fiscalía es brindar un testimonio que prepare el camino y siente las bases para crear escenarios que brinden soporte a los testimonios más contundentes que vienen luego. Lejos de eso, la alcaldesa interina ha planteado públicamente que el suspendido alcalde nunca le solicitó algo ilegal y que Luis Irizarry Pabón es, ante ella, una persona totalmente honesta. Su testimonio se ajusta más a la teoría de los abogados de defensa y sentarla a declarar, con esa línea que lleva ella, serviría más al interés de estos abogados que de las fiscales. Ahora bien, ¿qué pudo haber declarado bajo juramento ante el FEI como para ser anunciada como testigo? No lo sabemos, pero en su momento sí sabremos.
¿Por qué entonces anunciarla como testigo por parte del FEI? Uno pudiera pensar que la estrategia es bloquearle a la defensa una buena testigo, no obstante, si al final del día las fiscales no la utilizan como tal, tienen que ponerla a disposición de los abogados de defensa quienes entonces la utilizarían como testigo a favor del alcalde. Ahora bien, luego del turno de los abogados, vendrían las fiscales con su turno de contrainterrogatorio y lo que haya expuesto bajo juramento, contenido que también debe haber sido estudiado por los abogados de defensa, quienes medirán los riesgos, si algunos, de esa movida. Ya veremos qué finalmente ocurre.
Creo que encontrar un jurado de 12 ponceños que de manera unánime crean culpable a Irizarry Pabón puede resultar algo cuesta arriba, pero esa no debe ser la consideración del estado a la hora de procesar a un político acusado porque entonces nadie acusaría a corruptos pensando que son altas las probabilidades de que con un simpatizante se cae el caso. Todo dependerá de la prueba y testimonios presentados.
En esta elección el distrito de Ponce y su alcaldía serán los más observados, comentados y analizados, independientemente del resultado de este caso judicial.