Faltan unos escasos 200 días para las elecciones nacionales y Donald Trump está sintiendo la presión.
¿Recuerdan al Trump que se atribuyó el mérito de destruir Roe vs. Wade? ¿El tipo que muchas veces se ha declarado “la persona orgullosamente responsable del fin” de las protecciones nacionales del aborto? Bueno, aquel no se parece en nada al nuevo Trump, el tipo que quiere presentar dos caras simultaneas: guerrero antiaborto con una prohibición nacional pero también, lo que decidan los estados, eso también le parece bien.
A estas alturas ya habrás escuchado que Trump publicó su nueva posición sobre el aborto esquivando desesperadamente el tema de una prohibición federal del aborto, a pesar de que al menos cuatro veces en los últimos meses, manifestó su apoyo a una prohibición nacional limitando los abortos a casos especiales previos a las 15 semanas de gestación.
En cambio, ahora dice que el aborto debería ser un asunto que decida cada Estado y que “lo que decidan debe ser la ley del país”. De repente, es el Sr. Razonable, cuando, como señaló el presidente y director ejecutivo de Libertad Reproductiva para Todos, Mini Timmaraju, está claramente “tratando de neutralizar” lo que se ha convertido en una responsabilidad política.
Es evidente que el apoyo a restricciones drásticas al aborto se ha convertido en un gran problema en estas elecciones, a pesar del fuerte júbilo de los extremistas ultra-MAGA que piensan que reprimir a las mujeres es genial. Una encuesta nacional reciente encontró que el 67 % de las mujeres consideran que el aborto es el tema más importante en las elecciones, al igual que el 21 % de los votantes independientes.
Los autores detrás de esa encuesta encontraron que si bien la mayoría de la gente ha tomado una decisión sobre el tema y los candidatos, el aborto “puede mover a un pequeño número” de votantes en grupos demográficos clave. Esos votantes son cruciales y esos pequeños márgenes, especialmente en los estados indecisos, podrían costarle a Trump la elección.
No es hasta hace unas semanas que los asesores de Trump se dan cuenta de que han “exagerado” y preocupados por “la etiqueta de extremista”, reconocen que necesita detener la hemorragia. Reconocen que desde 2016, el partido que se percibe como más extremo ha perdido y proceden con el plan de salir publicamente con la nueva posición de Trump.
Así que Trump está dando vueltas, tratando de encontrar un punto óptimo que desvíe la atención de los derechos reproductivos, donde es innegablemente extremista. Incluso Trump pareció reconocer que esta táctica era un intento débil de conseguir votos.
Pero el daño provocado por la decisión del Tribunal Supremo con los votos de la mayoría nombrada por Trump está hecho y podría ser irreversible en terminos políticos para Turmp y el Partido Republicano. La decisión ha abierto la puerta para que 20 estados tengan prohibiciones del aborto que podrían entrar en vigor antes de que la mujer se de cuenta de que está embarazada; 14 de ellos básicamente prohíben el aborto por completo.
Esas prohibiciones han creado un desierto de atención de la salud reproductiva en el Sur, donde una mujer que quiere abortar debe viajar horas o días fuera de la región, lo que por supuesto hace que sea casi imposible para las mujeres pobres. Según la data publicada, aproximadamente 1 de cada 5 mujeres ahora tiene que viajar para recibir atención de aborto.
Pero algunos estados no están satisfechos con eso. Algunos condados de Texas tienen leyes que buscan castigar a las mujeres por viajar para realizarse un aborto. Otros estados, incluidos Idaho, Alabama y Oklahoma, están intentando hacer lo mismo.
Ya hay casos en que mujeres han sido acusadas penalmente por abortos espontáneos y los republicanos de Texas han empezado a discutir la posibilidad de imponer la pena de muerte para las mujeres que abortan. Así que ahora estamos hablando de partos forzados, a veces sin excepciones por violación o incesto.
Puede que Trump quiera hacernos creer que ha tenido un momento de recuperación de la cordura en materia de derechos reproductivos, pero todo lo que hay que hacer es mirar el vídeo que publicó su campaña para verlo descarrilarse de lo razonable. A mitad de camino, empieza a hablar de cómo ejecutamos actualmente a los bebés. (Para aquellos que necesitan una aclaración, ejecutar bebés es ilegal y no sucede).
Al final, no haber aborto significa no haber fertilización in vitro. Porque una vez que se crea ese embrión, es un bebé precioso según el argumento de “la concepción es vida”.
No importa cuánto se contorsionen algunos republicanos sobre la FIV, el hecho es que un embrión en el útero no es diferente a un embrión en un congelador. No se puede decir que uno es vida y el otro es como un sofá guardado.
Luego, por supuesto, están los estados que están dispuestos a prohibir los anticonceptivos, que algunos consideran una forma de aborto. Así que el futuro de los derechos de los estados es que no haya anticonceptivos, ni aborto, ni viajes para conseguirlos.
Definitivamente eso es más razonable, al menos según Trump.