En un análisis sobre la convicción y la conveniencia en el contexto de la política en una columna publicada hace unos años, el Profesor José M. Medina Mones explicaba que “nuestro pensar y actuar, puede conllevar una intención sana y honorable, así como, por el contrario, un propósito mezquino y egoísta.” Está en cada ser humano, y en gran parte deriva de sus principios y valores, determinar cómo proceder en el día a día frente a los demás y si este proceder se desprenderá del interés particular optando por velar por las necesidades de los demás y el bienestar común.
La Real Academia Española, en una de sus acepciones define a la convicción como la “Idea religiosa, ética o política a la que se está fuertemente adherido”, lo que se supone debe implicar una conducta correcta. No debe confundirse con el fanatismo, que enajena conciencias. Asimismo, refiere a la conveniencia en una de sus definiciones como “utilidad, provecho”, que bien lo pudiéramos asimilar al sacar ventaja de algo o de alguien. Con lo anterior, podemos establecer una amplia diferencia entre ambas definiciones y comportamientos que les devienen. El actuar por convicción no da margen para ver si vamos a obtener provecho alguno de lo que digamos o hagamos, y cuando lo realizamos por conveniencia, estamos pensando en lo que vamos a obtener a cambio, variando nuestra postura las veces que se requiera, pues lo que importa es el fin último de conseguir algo a cambio.
Esta distinción puede aplicarse a diversas situaciones. Por ejemplo, a la hora de escuchar las promesas de campaña de los candidatos, se puede descubrir al analizarlas cuáles surgen de la convicción y están sustentadas en hechos reales, y cuáles provienen de la mera conveniencia. Esto es de suma importancia en el proceso decisorio mediante el cual determinamos en qué candidatos confiar, a quienes respaldar con nuestro voto ya que en manos de ellos ponemos el futuro de nuestra isla.
Los electores venimos llamados a analizar con detenimiento el carácter de cada uno de los candidatos y lo que hay detrás de lo que exponen como parte de sus respectivas campañas. Específicamente, cuando analizamos aquello que ofrecen y representan los candidatos que se presentan a la primaria a la gobernación del PNP el próximo 2 de junio.
Por mi parte, el análisis en cuanto a los candidatos en dicha contienda es sencillo. De hecho, basta con analizar la hoja de trabajo de cada uno en el tema que sirve de propósito principal del partido bajo cuya insignia pretenden aspirar. En el tema de la estadidad solo uno de los candidatos a la primaria ha demostrado que lo mueve la convicción, que su lucha es incansable y que nada lo detendrá hasta conseguirla. Ese candidato es Pedro Rafael Pierluisi Urrutia.
Desde que se convirtió en candidato a la comisaría residente en el 2008 y en todos los frentes posibles, Pierluisi ha trabajado para promover la igualdad con la estadidad como norte. Reconociendo la igualdad plena solo se consigue con la estadidad, como comisionado residente del 2009 al 2016, presidente del PNP, y como gobernador ha probado que está dispuesto a dar la batalla irrespectivo de las críticas, los detractores, los obstáculos que se interpongan. Prueba de esto es el trabajo que ha realizado Pierluisi para promover el proyecto de estadidad que se discute hoy día en el Congreso. Producto de su trabajo, el proyecto hoy cuenta con el endoso de 27 senadores del Congreso de los Estados Unidos, un hecho histórico nunca antes visto. 27 de los 27 senadores que apoyan el proyecto congresional militan en el Partido Democrata.
En contraste, y en gran parte por la falta de diligencia de la candidata que decidió retar al gobernador Pierluisi en su aspiración a la reelección, el proyecto no ha sido endosado por ni tan solo un senador del Partido Republicano. Jenniffer González no ha conseguido ni un solo endoso de parte de los miembros del partido nacional en el que milita. Lo que es más, en medio de la discusión de tan importante proyecto, la comisionada residente lleva más de cuatro meses sin tan siquiera pisar Washington D.C. Esto dista mucho de la promesa de campaña de Jenniffer y la crisis que prometió causaría en Washington, D.C. como parte de sus esfuerzos por promover la estadidad para Puerto Rico.
El marcador habla por si solo, Pedro Pierluisi 27 —Jenniffer González 0. Nos toca a los estadistas este próximo 2 de junio decidir en quién vamos a confiar, en qué manos vamos a poner el futuro de nuestra Isla y del ideal que tanto valoramos. Está en cada uno de los electores del PNP analizar asuntos como este y determinar quién promete por conveniencia y quién opera por convicción.