Tan pronto pasen las proclamaciones de triunfo, las aceptaciones de derrotas, los análisis de por qué perdió fulano o sutana, y comiencen a echarse las culpas por los resultados, la discusión será la siguiente, ¿Cuánta gente participó? ¿Qué partido demostró mayor capacidad de movilización? ¿Qué partido lució con una pobre estructura organizativa que lo ubique desde ya en desventaja para la Elección General? ¿Qué harán los lame ducks? ¿Qué estrategias activarán los demás partidos?
Con estas interrogantes post primarias, el PNP y PPD tendrán que comenzar a prepararse para el 5 de noviembre, recoger los pedazos rotos que surjan de la pelea primarista y montar sus aparatos administrativo que les pongan en posición de enfrentar una votación con el universo electoral puertorriqueño. Mientras tanto, los partidos de oposición tendrán que hacer una evaluación de lo que haya ocurrido para mirar las debilidades y fortalezas de las que puedan aprovecharse. Sin duda, la reconciliación más difícil, sea cual sea el resultado, ocurrirá en el PNP entre Jennifer González y Pedro Pierluisi.
En cuanto a los partidos que no tendrán primarias este domingo, veamos lo siguiente.
La alianza del Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento de Victoria Ciudadana será, quizás, la que tenga el mayor reto al encontrar una gran oportunidad, si es que se concreta la débil participación electoral de populares como se ha anticipado. De igual forma, Proyecto Dignidad tendrá que hacer su análisis una vez conozcan la plancha electa en el PNP para intentar rescatar aquellos puestos públicos a los que aspirarán candidatos liberales y para los cuales ellos tienen opciones conservadoras.
El apoyo ayer de Luis Fortuño a la senadora Joanne Rodriguez Veve es un claro ejemplo de que hay espacio para que ocurra un cruce de partido entre electores del PNP, cosa que ha sido muy atípica en esa colectividad a lo largo de su historia. El elector novoprogresista suele ser muy leal, de línea dura, con los que aspiran bajo la insignia de la palma. Pero, la expresión de una figura como la de Fortuño ayer puede poner a pensar a más de uno en las huestes estadistas.
Después del domingo el juego es otro. ¿Por qué? porque el objetivo es otro. Ya no es el corazón del rollo del partido, es todo el electorado. El mensaje no es el mismo. Los partidos no podrán usar las mismas cartas. Por ejemplo, es improbable que PNP use a Ricardo Rosselló para atraer electores como lo hicieron el domingo pasado porque ante el electorado no penepé, el exgobernador puede levantar aun muchas fisuras y alejar votantes. El PPD tendrá que ir a pescar votos en el PNP atacando a la administración de turno asegurando, de resultar electa Jennifer González, que es lo mismo que Pierluisi.
¿Qué más veremos después del domingo?
Veremos a los incumbentes perdedores en las primarias tirando los últimos cartuchos en sus cargos públicos, en la Legislatura principalmente.
Si Tatito Hernández pierde la primaria en Dorado, lo que veremos es troya en la Cámara de Representantes en lo que resta de sesión, en asuntos tan trascendentales como el presupuesto gubernamental u otros que surjan. Si el Gobernador pierde, pues veremos una administración que tratará de dejar a toda su gente acomodada antes que acaben, incluso negociando nombramientos con la Legislatura en puestos que requieran el aval de esa otra rama de gobierno, como son los puestos judiciales. Lo que planteo son escenarios posibles que han ocurrido en nuestra historia.
En fin, este domingo termina un inning en un juego de beisbol que es a nueve entradas. El lunes comienza otro juego, con otras estrategias, y ese se acaba durante la noche del 5 de noviembre. Ya veremos. ¿Qué usted cree?