Finalizó la sesión legislativa. No hubo sorpresas, básicamente el mismo libreto legislativo para los últimos días de sesión: descargues de medidas sin estudio ni análisis, proyectos que las comisiones nunca consideraron, largas horas de interrupciones para luego, de madrugada, aprobar decenas de medidas, proyectos aprobados en la Cámara que nunca se consideraron en el Senado y viceversa, derrotas a proyectos importantes en beneficio de la ciudadanía que fueron detenidos por cabilderos bien pagados. La Junta de Control observando el trámite, imponiendo sus decisiones y listos para obstaculizar cualquier proyecto que beneficie a los empleados públicos, los pensionados o la ciudadanía en general.
Durante todo el cuatrienio estuvimos preparando y radicando proyectos legislativos sobre múltiples temas. La inmensa mayoría nunca los atendieron. Fue una especie de rechazo continuo, no siendo óbice para llevar a cabo nuestra labor de fiscalización y denuncia
Discuto cuatro proyectos de ley que son una muestra de los que se debieron considerar por su importancia medular para toda la sociedad. El primero es el Proyecto 113, para crear un Plan Nacional de Salud, reconociendo la salud como un derecho humano y, de esta forma, detener el afán de lucro de las aseguradoras. Este proyecto se atendió en vista públicas, pero no fue llevado a votación. El Proyecto 1333, ante la crisis de maltrato infantil, propone una declaración de emergencia a la niñez. Fue aprobado por unanimidad en la Cámara y, aunque tuvo un informe positivo en el Senado, nunca fue llevado a votación.
Durante un año trabajé junto a un grupo de profesionales vinculados con el tema de la violencia y la criminalidad. Uno de los resultados de esa colaboración fue Proyecto 1704, para crear la Comisión Conjunta Permanente para el Diseño de Legislación contra la Violencia y Criminalidad. Tampoco fue atendido. Relacionado con la violencia de género, tampoco se atendió el Proyecto 1877 que establece una serie de protecciones a las hijas e hijos de víctimas de feminicidios.
Es amplia la legislación del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) que no se atendió este cuatrienio. No nos sorprende esta inercia de la actual mayoría legislativa, pues esta legislación responde a la necesidad de la gente del país, no a los sectores acostumbrados al poder y control político. Por esta y otras razones, necesitamos una Nueva Mayoría en la Legislatura.
