Opinión

Las elecciones de 2024: Fraude a la vista

Lee aquí la columna del académico en Ciencias Políticas.

Desde que se aprobó en 2020 el Código Electoral diseñado por el PNP las condiciones están dadas para que las elecciones sean fraudulentas. En 2020 hubo numerosas acusaciones no clarificadas de que había “ganado” el PNP con trampas. En 2024 ya vemos el desastre que han causado los partidos tradicionales y la CEE con las primarias. La autoridad para investigar simplemente dice que las máquinas contaron mal.

El Código Electoral del PNP simplificó y facilitó la solicitud del voto ausente. Además, se permitió el uso del correo para el envío de votos. Se ha sugerido que esto podría facilitar el voto ausente ilegal, como sería que puertorriqueños de la diáspora, quienes no tienen residencia aquí, pongan una dirección como que son residentes y voten por correo en las elecciones puertorriqueñas a pesar de que, al mudarse al Continente, perdieron ese derecho. El control de la CEE se ubicó en manos de la Presidencia, que es PNP. La ley también permite facilitar el voto adelantado. Y hemos visto como se han traído a la CEE cajas de papeletas sin que se explique detalladamente su procedencia. Asimismo, el Artículo 3.1.2 del código deja como “partidos propietarios” de la Comisión prácticamente al PNP y al PPD ya que fueron los que más votos “íntegros” obtuvieron en las elecciones de 2016. Esto es un elemento conservador que indirectamente parte de la premisa que PNP y PPD serán los “partidos propietarios” en la CEE, aquellos con más electores, algo que fue así en 2016, pero pudiera no ser así en 2024.

Como si fuera poco, el Código Electoral sostiene la mentira más grande: que mayoritariamente se apoya la estadidad federada. Al no contarse los votos en blanco emitidos adrede por muchos Populares en la segunda pregunta del plebiscito criollo de 2012, el PNP exageró el verdadero porcentaje del voto estadista. Montados en ese truco estadístico legislaron que otorgarán a los electores una papeleta para el voto presidencial a la vez que fustigan a Estados Unidos por la falta de igualdad en el acceso a ese voto para los “ciudadanos estadounidenses residentes en Puerto Rico”. Dicen que van a enviar el resultado del voto presidencial a Washington y que se contarán tales votos. El PPD ha sido cómplice del PNP por no combatir con firmeza ni las trampas del PNP ni el contenido del código electoral vigente cuando se refiere al “voto presidencial” para los puertorriqueños de la Isla. A esta mentira ahora el gobernador quiere añadir otra: darles a los electores una papeleta adicional para realizar otro plebiscito criollo. ¿Hasta cuándo el PNP llamará a engaño a su propia gente? La gente sabe que no hay ambiente alguno en el Congreso para una consideración en serio del estatus. Además, si la abstención vuelve a aumentar, el voto escaso en ese plebiscito será una prueba más para los estadounidenses de la clase de “líderes” que tiene el PNP.

En las elecciones de 2016 y en las del 2020, el abstencionismo por parte de todos los electores de todos los partidos se elevó a niveles sin precedentes en la historia política de Puerto Rico. Muchos puertorriqueños, sin duda, se abstuvieron por estar hartos de la corrupción del PPD y del PNP, aunque todavía no estaban preparados para votar por otra cosa. Otros no veían razón para votar por un gobierno que no habría de tener la última palabra sobre las decisiones esenciales de Puerto Rico. Hemos sido testigos de cómo la Junta Fiscal ha impuesto sus criterios en este cuatrienio.

En Puerto Rico, se ha dado una baja participación que parece causada principalmente por la apatía, algo que contradice los principios democráticos. Quiero decir, no se ha dado una campaña exitosa de abstención ya que ningún partido promueve eso. Ha sido algo propio de la misma gente votante. Veremos qué sucede con la abstención en las elecciones de 2024.

Sea de una u otra forma, es importante que los partidos que retan el bipartidismo PPD-PNP, se organicen muy bien para evitar el fraude que parece estar a la vista. Ya vimos como un tribunal dejó sin efecto las aspiraciones de candidatos de MVC que ahora buscarán el voto por el mecanismo de “write-in”. Sólo Ana Irma Rivera Lassen ha sido confirmada en sus aspiraciones como algo legítimo por el Tribunal Supremo. Hay que estar, definitivamente, en guardia ante los enemigos de un proceso realmente democrático.

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