Desde muy joven he defendido la Libre Asociación para descolonizar a Puerto Rico. Lo he hecho por estar convencido de que es la única opción de estatus viable y disponible. Igualmente, porque permite construir un país soberano, democrático, con una economía productiva. En otras palabras, otorga a los puertorriqueños las herramientas necesarias para lograr la justicia social y continuar siendo puertorriqueños.
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La orden ejecutiva OE-2024-016 firmada por el gobernador Pedro R. Pierluisi Urrutia “decreta y ordena” la celebración de un plebiscito de estatus el 5 de noviembre de 2024. Se celebrará a la misma vez que las elecciones generales y como señala la orden ejecutiva su objetivo es “(…) hacer valer la voluntad electoral expresada en el Plebiscito de 2020 (…)”.
Recordemos que dicho plebiscito del 2020 permitió al elector expresar Sí o No a la estadidad. Fue celebrado el 3 de noviembre de 2020 y el resultado fue de un 52% por el Sí y un 48% por el NO. No hubo una campaña educativa comprensiva que expusiera a los puertorriqueñas las consecuencias de la estadidad. La orden ejecutiva no menciona que en ese plebiscito solo participó un 50% del electorado inscrito, lo que convierte el 52% por el Sí en un raquítico 26%. Tampoco se menciona en la orden ejecutiva que hubo 38 mil votos en blanco, lo que la convierte en una victoria pírrica. En fin, es generalmente aceptado que se trató de un ejercicio electoral sin consenso y antidemocrático que solo buscaba llevar al elector estadoísta a la caseta de votación el día de la elección general. Así de claro lo tienen también en los Estados Unidos.
El 5 de noviembre de 2024 se repetirá la historia. Habrá otro plebiscito de la misma naturaleza que los anteriores: antidemocrático, sin consenso, impuesto y sin aval estadounidense. Está diseñado descaradamente para favorecer la opción de la estadidad con el único propósito de atraer nuevamente al elector estadoísta desafecto a la caseta electoral de la elección general.
Peor aún, en esta ocasión el plebiscito presentará al elector tres opciones de status inspiradas en el proyecto de ley H.R. 8393 (Puerto Rico Status Act) aprobado por la Cámara de Representantes estadounidense el 15 de julio de 2022.
Nuevamente la estadidad es presentada sin aclarar sus consecuencias para los puertorriqueños en materia económica, idioma, cultura y deporte olímpico. Solo se presenta un discurso trillado, vacío y sin contenido de igualdad de derechos. En el mismo tono de vaguedad y generalidad se presentan la independencia y la Libre Asociación. En conclusión, los electores no sabrán con certeza por lo que estarían votando.
Cabe señalar que, en el caso de la Libre Asociación, ni la definición en el H.R. 8393 ni la orden ejecutiva fueron realizadas por defensores históricos de esta opción de estatus. Tampoco participaron expertos estadounidenses y puertorriqueños, presentándola de forma negativa, sin destacar los aspectos positivos más relevantes. Más bien parece definida por detractores de la Libre Asociación. En fin, no representa la mejor cara posible de la Libre Asociación, resaltándose solamente temas escogidos sujetos a una negociación, llegando a conclusiones como si la negociación ya hubiera ocurrido.
Así las cosas, por tratarse de un plebiscito antidemocrático, diseñado para favorecer una mayoría artificial en favor de la estadidad, y por presentarse una Libre Asociación malintencionada, conmigo no cuenten para ese engaño y fraude electoral.
A los arquitectos de este plebiscito, espero que se queden solos en su estratagema. Gracias por dejarme sin nada que defender y votar. Les deseo que los votos en blanco y nulos sean más, y que obtengan la mayor ventaja posible de votos emitidos, como ocurre en las elecciones antidemocráticas de las dictaduras y regímenes autoritarios.