Gobierno, expertos en emergencias y meteorólogos indicaron en junio pasado: “Es importante que se preparen para la temporada de huracanes”. En julio: “Esta temporada va a ser bien activa, es importante que se preparen con tiempo”. Empieza agosto: “Ya entramos a la parte pico de la temporada de huracanes, deben estar preparados en sus casas con abastecimiento, las plantas listas, vaya a la ferretería”.
Ante todas esas advertencias y alertas, muy pocos hicieron algo; la mayoría lo ignoró todo.
El pasado sábado, se habló de la posibilidad del paso de un fenómeno por la isla y salió media humanidad, en estampida, a abastecerse en supermercados, gasolineras y ferreterías. Lo irónico es que se molestan y comienzan las críticas de que tanto los meteorólogos, los periodistas, los medios y el gobierno crean histeria. Es que el día que no haya algo que criticar, pues se criticará que no hay algo que criticar. Este país siente una excitación por criticar, que no sé si la haya en otra parte del mundo.
Desde el sábado, y continuando el lunes, se advirtió que, aunque había que prepararse, el impacto de este fenómeno no sería algo grande, que la parte más afectada sería el noreste, pero en todas partes salieron como si viniese el huracán María nuevamente. Entonces, ¿quién es el que crea la histeria saliendo en estampida a última hora como si viniese el Apocalipsis? No son el gobierno, los periodistas, los medios, los meteorólogos, son los propios ciudadanos los que crean una histeria.
Ciertamente, es importante que la gente se prepare, así sea a última hora. El asunto es que si lo deja para último momento, es menos probable que encuentre lo que necesite y ahí es que empezará la perreta. Esto es cíclico. Luego de pasar este evento, si viene un sistema amenazante en dos semanas, pues se repetirá la historia.
Casi ningún comercio, por el asunto del impuesto al inventario, va a tener dos o tres veces lo que realmente vende, pagando impuesto demás por lo que no venda, solo para que usted esté más cómodo en una emergencia. Si usted, que en su casa no tiene que pagar un impuesto al inventario, no se prepara teniendo demás por si surge una emergencia, el comercio casi seguro tampoco.
Este tema me lleva a otro y es sobre nuestra cultura o idiosincracia. Hay una expresión de Mahatma Gandhi que dice “Si quieres cambiar el mundo, cámbiate a ti mismo”, y, en Puerto Rico, no hay voluntad de cambiar en algunos aspectos.
¿Cuántos años llevamos en una situación económica/financiera precaria? Indican que es el gobierno el que está en quiebra, pero no Puerto Rico. Quiere decir eso que el país, como tal, se mantiene produciendo, a pesar del gobierno y su forma de administrar. Ahora bien, ¿no es por el populismo que demandamos de que nos den lo que pedimos, que nos llevaron a la quiebra de manera irresponsable, gastando demás, por ejemplo? El pueblo no puede mirar para el lado diciendo “conmigo no es la cosa”. El pueblo quería “jauja” y sino, ¡el voto en contra! ¿Qué iban a dar los políticos? ¡Jauja na’ má!. Mientras aumentaban los costos de operación al estado, más impuestos quitaban, hasta los chocolates fueron exentos del pago de impuesto. ¿Con el IVU? La competencia política de quién logra quitar más IVU a productos sigue vigente, sin identificar otras fuentes de repago, ¿y usted cree que al pueblo le importa si eso nos lleva a la quiebra de nuevo? La respuesta es que al pueblo no le ha importado y tampoco le importa. “Después que yo esté bien, que la última la pague el diablo” es la filosofía.
Para resolver nuestros problemas económicos, y pensando en alternativas para salir a flote y no volver a caer, más siendo la isla una independencia, me ponen como ejemplo Singapur, una islita asiática más pequeña que Puerto Rico, que de estar totalmente empobrecida, se convirtió en una de las más ricas del mundo. ¿Sabe usted cómo Singapur lo logró? En gran parte, con unas políticas de industrialización, incentivos a extranjeros para instalarse allí, control de la vida privada y supresión de libertades individuales, entre otras. Vaya a Singapur y mire hoy si hay un chicle pegado en la acera. Busque cuánto es la multa y las consecuencias si lo hace. ¿Se parecen a los puertorriqueños? Cambiaron por la fuerza, a las malas, y con consecuencias fuertes el comportamiento de los ciudadanos.
También, me han dicho que podemos lograr ser como Japón. ¿En serio? Señores, comparen chinas con chinas. Dígame si aquí tenemos esa cultura que tienen los japoneses en general. Aquí la polarización política es cada vez mayor, el insulto y mal trato, el joceo, el tumbe en gran parte (no la mayoría, pero sí demasiados) de la población parece ser parte de un gen. Así que, si usted no está dispuesto a adoptar políticas y aptitudes como los ciudadanos de Singapur y Japón, deje de estar hablando por hablar. ¡Que digan aquí que multarían por tirar un chicle o un papel en la acera! ¡Se comen vivo al que lo proponga! Es mejor tener la libertad de ensuciar y ser cochinito.
Como nos gusta criticar mirando la paja en el ojo ajeno sin mirar la viga en el nuestro, pues hago lo contrario y les digo que gran parte de nuestros males somos nosotros mismos.
Llevamos décadas recibiendo tormentas y huracanes, y no hay un evento donde no hagamos exactamente lo mismo: crear histeria nosotros mismos porque “el gobierno me tiene que resolver”, y porque nos extinguimos si no encontramos la forma de criticar y buscar culpables en lo que sea. Pregunto: Si quieres que cambie Puerto Rico, ¿estás dispuesto a cambiar tú?