Opinión

Kamala Harris y la prensa

Lee aquí la columna del abogado estadista

Alejandro Figueroa + Columnista

Quedan unos 75 días para las elecciones, y, en medio de la Convención del Partido Demócrata que se lleva a cabo esta semana en Chicago, Illinois, hoy discutimos la interacción entre los medios de comunicación y Kamala Harris, a quien la mayoría de estos acusan de esquivarlos como parte de su estrategia política.

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Entre los analistas políticos a nivel nacional, la discusión gira en torno a si Harris está esquivando a la prensa, y si eso es una buena o mala estrategia para ganar la Casa Blanca. Los principales medios nacionales han publicado historias al respecto, desde el New York Times y el Wall Street Journal hasta el L.A. Times.

Como consecuencia, se ha publicado multiplicidad de escritos por columnistas con mucha más experiencia política que este servidor sobre si Harris es inteligente al llevar sus mensajes directamente a la gente en mítines y en plataformas como TikTok, o si es una afrenta tanto a los votantes como a la democracia evitar las entrevistas tradicionales con los periodistas.

Sí, al igual que Trump, Harris no ha establecido ninguna política pública específica.

Pero la realidad es que, al menos hasta el momento, no lo ha necesitado. Ha pasado menos de un mes desde que el presidente Biden se retiró, y Harris todavía está en un periodo de luna de miel, cargada por un tsunami de buena voluntad. Si bien no conocemos sus planes específicos, sí, conocemos algunas de sus posiciones clave: proelección, prounión, prodemocracia, anti-odio.

Por ahora, de todos modos, eso parece ser suficiente para ganar, aún sino es suficiente como para complacer a los medios.

Así que, no se puede culpar a Harris por su estrategia de esquivar a la prensa. Simplemente tiene sentido para una campaña que tiene poco más de diez semanas por delante, y, al menos durante las próximas dos semanas, una convención que llenará la cobertura. Eso le dejará ocho semanas.

Estoy seguro de que, en algún momento, se sentará con algún periodista de renombre. Pero, ¿cuál sería la ventaja de apresurar eso? Los ciclos de noticias después de cualquier entrevista importante sin duda la destrozarán. MAGA se aferrará a algo que surja de ella (políticas de “izquierda radical”, respuestas esquivas) y Harris tendrá que aguantar eso. Mientras tanto, los puntos de conversación que podrían mantener su impulso quedarán en gran medida enterrados a raíz de una gran entrevista.

Tomemos como ejemplo la Enmienda 4 de Florida, una medida electoral destinada a revocar la prohibición del aborto de seis semanas de Ron DeSantis. Esa enmienda no solo podría poner a Florida en juego como un estado que los demócratas podrían ganar, sino que también debería obligar a Trump a dejar constancia de cómo votará sobre ella (ya que está registrado como residente y votante en Florida).

¿No sería mejor para Harris, por ejemplo, sentarse con el presidente de Planned Parenthood, o con los votantes jóvenes de NextGen America, apegándose al mensaje en una plataforma amistosa, no diferente a la charla reciente de Trump con Elon Musk?

Si estuviera aconsejando a Harris, le diría que pospusiera cualquier entrevista importante al menos unas semanas más, coordinándola para algún momento después de la convención, pero no demasiado cerca de las elecciones, donde funcionará para dar al traste con algunas de las frustraciones de los medios (porque, a decir verdad, es la prensa la que exige acceso, no los votantes), pero también dejará espacio para otros ciclos de noticias.

Es cínico, pero es la realidad cuando de estrategia política se trata.

Esto no quiere decir que los medios de comunicación no importan; de hecho, son en cierto sentido el Cuarto Poder. Aunque en esta elección, con sus giros y velocidad vertiginosa, puede ser un desafío para la prensa, en una democracia que funciona, la prensa es un ingrediente esencial para la toma de decisiones informadas. Ese fino balance entre atender las solicitudes del Cuarto Poder y evitar exponerse a momentos que le puedan restar políticamente es el que tiene que lograr Kamala Harris. Le quedan solo 75 días en ese ejercicio, veremos cómo transcurren.

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