Opinión

Hablemos claro

Lee aquí la columna del vicepresidente del Proyecto Dignidad

El Artículo 2.3 del Código Electoral define el término “cierre de registro” como “la última fecha hábil, antes de la realización de una votación, en que se podrá incluir, excluir, activar o inactivar a un Elector, actualizar o cambiar datos del Elector o realizar transacciones y solicitudes electorales de Inscripciones, Transferencias o Reubicaciones electorales en el Registro General de Electores o a través del Sistema de Registro Electoral Electrónico (eRE). Este término nunca será mayor a los cincuenta (50) días previos a cualquier votación y la Comisión deberá ejercer su mayor esfuerzo para reducirlo al mínimo posible en la medida que se establezcan los sistemas tecnológicos dispuestos en el Artículo 3.13″.

El Artículo 5.11 del Código Electoral dispone que, a partir del ciclo electoral del 2024, no se autorizará la inscripción, la reactivación, la transferencia y tampoco la reubicación de ningún elector para la elección general de 2024 y las sucesivas, a partir de los 30 días previos a esta, garantizándole a su vez el derecho absoluto del elector a votar en el precinto y la unidad electoral de su inscripción cuando el cambio de domicilio a otro precinto o unidad electoral ocurra dentro de los 30 días anteriores a la votación. Ver Artículo 5.11 del Código Electoral.

Queda claro que el Código Electoral dispone de una ventana de 20 días para establecer el cierre del registro electoral. En estas elecciones, esta ventana está entre el 16 de septiembre y el 6 de octubre. Por consiguiente, abogar por una extensión de la fecha del cierre de registro electoral no es un asunto de izquierdas o derechas, irresponsables o disciplinados, vagos o trabajadores. Es un asunto de discreción y razonabilidad.

La razonabilidad estriba en que la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) tiene un deber de velar por que los procesos electorales se den de conformidad con el calendario electoral sin que se violenten los derechos de los electores. En este caso, la CEE tenía la obligación en ley de implementar el sistema para inscripción y activación de electores (eRE) desde el año 2022, y no lo hizo. Esa fecha estaba destinada para que se pudiese probar el sistema durante un año completo y afinar la herramienta tecnológica de manera que estuviera lista y funcional durante todo el año previo a la elección. No sucedió. El sistema eRE se está implementando este año y probándose en vivo desde la primaria y para la elección. Los problemas que enfrenta el mismo son múltiples y no ha logrado su cometido de compensar el cierre de las Juntas de Inscripción Permanente. Esta es una realidad que nadie puede negar.

Ante el hecho de los problemas reales que ha tenido la CEE para cumplir su cometido de fomentar la nueva inscripción de electores y otorgarles a estos la capacidad de poner su registro electoral al día, consideramos razonable que se extendiera el cierre del registro, y para ello propusimos la extensión hasta el 28 de septiembre. Esta extensión era razonable ante el escenario que nos encontramos.

Otra cosa es importante poner en perspectiva. Hace apenas mes y medio se tomó la decisión de ampliar el voto adelantado por correo a electores de 60 años o más, a quienes el Código nunca les otorgó ese derecho, y a quienes en las elecciones pasadas solo se les extendió por las circunstancias particulares del COVID-19. Esa determinación de ampliar el voto por correo a electores mayores de 60 años se llevó a cabo aun cuando la misma ponía en riesgo la capacidad de la CEE de poder contar ese voto por los problemas con las direcciones y la capacidad de manejar el mismo. Se tomó como fundamentado para esa determinación el que la CEE tenía la obligación de garantizarle el derecho más amplio posible al voto a esos electores, sin importar el costo o las dificultades para manejarlo. Me parece que el mismo análisis debió aplicarse para la extensión del cierre del registro electoral. No se hizo.

Por último, Proyecto Dignidad está listo para trabajar en consecución de unas elecciones en donde se le pueda garantizar el voto a los electores y que el 5 de noviembre puedan conocerse los resultados certeros de la misma. Nosotros no somos de los partidos que nos vamos a cantar víctimas de nadie, pues creemos en asumir responsabilidades sin excusas. La adversidad política no nos asusta, pues conocemos de primera mano lo que es enfrentarla y vencerla. Siempre hablaremos de frente, con la realidad y sin temor.

Estaremos velando, y ejerciendo nuestras labores dentro de la CEE, levantando nuestra voz cuando el trato justo y razonable lo requiera. Esa es nuestra cultura de trabajo y nuestra forma de hacer política. Después de todo, la victoria se consigue movilizando los electores, impartiéndoles el deseo y la voluntad de no rendirse para que acudan masivamente a las urnas. En Proyecto Dignidad, estamos listos para el reto, y triunfaremos. ¡Adelante, con fe!

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