Opinión

Juan Dalmau = INDEPENDENCIA

Lee aquí la columna del abogado estadista

Alejandro Figueroa + Columnista

A escasamente seis semanas de la elección del 5 de noviembre, la discusión pública se ha centrado en el contraste que ha establecido el Partido Nuevo Progresista (PNP) entre lo que representa la elección de Jenniffer González y lo que representa la elección del candidato de la Alianza entre Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño, Juan Dalmau – Estadidad vs. INDEPENDENCIA. En cualquier otro ciclo electoral, el contraste quedaría claro para todos los electores, lo que está en juego no habría ni que explicarlo; sin embargo, nos vemos obligados a explicar este asunto ante la confusión que han querido crear muchos, incluyendo miembros de los medios, la clase artística, etc.

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Y es que no podemos llamarnos a engaño. Juan Dalmau, en aras de viabilizar su candidatura, luego de un par de décadas promoviendo la INDPENDENCIA para Puerto Rico, presentándose como el portaestandarte de los independentistas, pregonando las supuestas virtudes de un Puerto Rico “libre”, ahora alega que un voto por él no es un voto por la independencia. Alega Dalmau, el mismo de “Patria o muerte, venceremos”, que de ser electo, él solo vendría a administrar y que no entraría a dilucidar el tema de estatus porque eso le toca a los electores, al pueblo soberano.

Entonces, se supone que nos creamos que, de la noche a la mañana, el mismo Juan que ha vivido en las entrañas del partido cuyo objetivo principal es la INDEPENDENCIA para Puerto Rico, al llegar a La Fortaleza va a dejar ese objetivo a un lado para administrar la colonia.

Pero el cuento que nos hace el candidato en plena campaña no se queda ahí, sino que tiene la osadía de argumentar que una de las razones por las que no podrá promover la INDEPENDENCIA para Puerto Rico tan pronto entre por los portones del Palacio de Santa Catalina es porque el gobierno de Estados Unidos, los americanos, se lo prohibirían al ser Puerto Rico un territorio no incorporado de la Nación. Así que, según Juan, debemos de creernos que el mismo que les llama Yankis, que los quiere fuera de la Patria, que reclama que no los queremos ni los necesitamos, que llama a la lucha contra el Imperio Estadounidense, ahora por arte de magia respetaría su posición en cuanto a cual debe ser el estatus de Puerto Rico.

Sinceramente, no se quién es peor, si el que tiene la osadía de hilvanar esta sarta de mentiras con tal de salir electo o aquellos que promueven la historieta guiados, en la mayoría de los casos, por su odio al PNP, a la estadidad y todo lo que representamos los estadistas.

Pero para darse cuenta de que lo que dice el candidato Dalmau es solo el discurso a conveniencia de un politiquero más, no tiene que creerme a mí. Como evidencia, y para que no quede lugar a dudas, tenemos el programa de gobierno del Partido Independentista Puertorriqueño, que preside Juan, y los detalles de las consecuencias de la INDEPENDENCIA por la que aboga Juan, a corto, mediano y largo plazo, tal y como han quedado plasmadas para el récord congresional luego de decenas de vistas sobre los proyectos de estatus que allá se han debatido y aprobado. Los detalles sobre ambos se los brindaremos en este mismo espacio en las siguientes semanas, para que pueda usted, fiel lector de Metro, leerlo y confirmarlo sin que le puedan vender gato por Juan.

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