Existe una huelga de las trabajadoras y los trabajadores organizados en la unión International Longshoremen’s Association que trabajan en los muelles del este de los Estados Unidos y la asociación que representa a los patronos. Las demandas de la unión incluyen mejoras salariales y seguridad de empleo ante la amenaza de despidos por automatización.
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Esta situación ha provocado que, en Puerto Rico, se retome la discusión sobre el serio problema que enfrentamos ante la dependencia de la importación como medio casi absoluto para satisfacer nuestras necesidades de alimentos y otras mercancías. Digo casi absoluto porque, según las cifras del Departamento de Agricultura Puerto Rico, importa el 87% de sus alimentos. Esta alarmante cifra nos hace recordar los difíciles días que vivimos hace siete años luego del embate del huracán María. No olvidamos la desesperación y las necesidades que vivimos cuando había miles de vagones con mercancía y ayuda humanitaria que no podían salir de los puertos de San Juan.
A pesar de esta terrible experiencia, el gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP) ha sido incapaz de estimular la actividad productiva para satisfacer las necesidades de quienes residimos en Puerto Rico, a pesar de la gran cantidad de fondos federales de recuperación que han llegado -aunque lentamente- al país. Una de las propuestas económicas que impulsaremos desde el Senado consiste en utilizar las estructuras industriales actualmente en desuso para fomentar actividad económica, produciendo de manera coherente, para desarrollar el mercado interno con el objetivo de satisfacer nuestras necesidades. Uno de los ejemplos de lo que se puede producir son medicamentos cuyas patentes estén vencidas y cuyos precios muchas veces resultan inaccesibles para amplios sectores de la población. Esto permitiría además fomentar empleos con salarios y beneficios adecuados. Nos proponemos establecer un proyecto económico integral que cuente con el sector privado para desarrollar industrias aprovechando distintos modelos de acuerdo con la realidad de cada sector: empresas tradicionales, cooperativas, empresas de trabajadores, iniciativas individuales y por supuesto, con el gobierno como facilitador. Para poner tus necesidades primero, ¡cuento con tu voto!