Opinión

Derrotemos el bipartidismo

Lee aquí la columna del vicepresidente de Proyecto Dignidad

Juan Manuel Frontera + Columnista

La historia es avasalladora, y las transformaciones sociales se dan lentas, pero cuando se dan, nadie las detiene. Hoy, esas transformaciones se fraguan en medio de discursos que van desde el cansancio y el hartazgo con la oficialidad, hasta el miedo al cambio que se traduce al inmovilismo.

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Por un lado, la Alianza invita a cambiar el bipartidismo por un Estado que lo resuelve todo mediante la varita mágica de Juan Dalmau. Por otro, el Partido Nuevo Progresista (PNP) busca seguir esclavizándonos a lo mismo de siempre, el amiguismo y las lealtades pegadas con chicle de Jenniffer, Tommy, Johnny y los achichincles a los que nos tienen acostumbrados. Quieren hacernos creer que no tenemos otra opción. Pero, sí, la tenemos. Podemos derrotar el bipartidismo y escoger una opción que realmente puede transformar la manera en que se ha administrado a Puerto Rico y dirigirnos a un futuro ordenado y próspero: Javier Jiménez y Proyecto Dignidad.

Votando por Javier Jiménez y Proyecto Dignidad derrotamos el bipartidismo para abandonar de una vez y por todo el sistema anquilosado en el que nos han sembrado desde los años 40. Ese sistema donde el Estado es la cabeza, y donde el Ejecutivo, con su aparato administrativo, es el corazón. Derrotemos el bipartidismo para implementar políticas públicas que verdaderamente pongan al individuo, la familia y la comunidad como actor principal de la transformación, y no al Estado.

Derrotemos el bipartidismo para darles libertad a las personas para emprender sin incorporar discursos xenofóbicos disfrazados de políticas progresistas, pero que su resultado es enviar el mensaje que los nuestros no pueden competir de tú a tú con los de afuera. Derrotemos el bipartidismo para proteger a nuestra niñez y nuestros ciudadanos de la violencia con políticas públicas coherentes que enfrenten verdaderamente los problemas de fondo de la drogadicción, el alcoholismo, la pobreza, la salud mental, y no para implementar políticas públicas ideológicas como la perspectiva de género.

Derrotemos el bipartidismo para transformar nuestro sistema educativo de manera que capacite y empodere a las familias con la responsabilidad y obligación de tener mayor injerencia en la educación de sus hijos. Para que entendamos que el Estado no es el que tiene la responsabilidad de hacer de sus hijos mejores ciudadanos, sino que eso se logra a través del compromiso individual y comunitario. Derrotemos el bipartidismo para que prime en Puerto Rico una cultura de vida, desde el vientre hasta la muerte natural.

Derrotemos el bipartidismo para que nuestra clase media trabajadora y nuestra clase dependiente, que sufre día a día las políticas públicas fallidas de un Estado omnipresente y anquilosante, ya no siga siendo utilizado cada cuatro años para amasar votos y que luego sea despreciada, subestimada e ignorada en sus reclamos. Derrotémoslo para acabar con las generaciones de clases pobres que tienen que mantenerse en la pobreza para sobrevivir, sino que puedan ser incentivados a desarrollar una esperanza de un futuro digno a través del esfuerzo y el trabajo.

Derrotemos el bipartidismo para mirar al futuro y atrevernos a creer que podemos vivir en una tierra de oportunidades donde a través del éxito de nuestras familias y comunidades se alcance el progreso de todos. En donde el futuro dependa del esfuerzo de nuestras manos y de nuestro ingenio, y nunca mas vuelva a estar a la merced de la burocracia gubernamental de un Estado inservible y fallido. Para esa derrota del bipartidismo la única opción en la papeleta es votar íntegro por Proyecto Dignidad. ¡Adelante, con fe!

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