Quedan solo unos días para las elecciones, y el momento es crítico. Creo firmemente que Puerto Rico merece un gobierno que represente a todos sus ciudadanos, uno basado en la transparencia, la justicia y el compromiso con los mejores intereses del pueblo. Esta elección no es solo sobre quién será el próximo gobernador; es una decisión sobre el tipo de país que queremos ser.
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Hoy, nos enfrentamos a la posibilidad de perpetuar en el poder a figuras del Partido Nuevo Progresista que han demostrado, en repetidas ocasiones, una política de consolidación y exclusión. Jenniffer González, Thomas Rivera Schatz y Johnny Méndez buscan el “banquete total”, un poder absoluto que amenaza con alejar aún más a nuestras instituciones de los valores democráticos. Hemos visto lo que ocurre cuando un partido controla todo: corrupción, falta de transparencia y decisiones que benefician a unos pocos a expensas de muchos.
Nuestro anhelo de cambio puede también convertirse en pesadilla si no meditamos las consecuencias de nuestro voto este martes. No es necesario dar un salto al vacío votando por una alternativa que nos empuje en el camino de la independencia o al socialismo fracasado.
Mi compromiso es totalmente distinto. Mi visión es un Puerto Rico en el que las decisiones de gobierno se tomen con integridad y donde el mérito sea el criterio de selección. Me comprometo a designar a los funcionarios más capacitados, sin importar su afiliación política, para asegurar que todas las voces de nuestra sociedad estén representadas. Una administración diversa y transparente no es solo una promesa; es una necesidad urgente para el fortalecimiento de nuestra democracia.
Además, me he comprometido a garantizar que el Tribunal Supremo tenga una representación equitativa, y que, de las próximas vacantes, al menos dos sean ocupadas por mujeres. Esto no es solo un gesto, es una convicción de que la igualdad en nuestros espacios de decisión es esencial para la justicia.
Puerto Rico también necesita reformas profundas en nuestra ley electoral y en la estructura de nuestro sistema democrático. Debemos avanzar hacia una segunda vuelta electoral y límites en los términos de los funcionarios. No podemos seguir eligiendo líderes con solo un 30% de respaldo. Es hora de una democracia que realmente represente al pueblo.
Para ti que valoras una relación justa con Estados Unidos y deseas un gobierno que atienda los problemas de hoy, soy tu alternativa. No estoy aquí para imponer agendas ideológicas, sino para trabajar por el cambio en la dirección correcta.
Este martes, dame tu voto para ser tu próximo gobernador.
¡Juntos, se puede!