Opinión

Carta abierta a los profesionales de salud

Lee aquí la columna de opinión.

Carlo Bosques y Sergio Rivera
Carlo Bosques y Sergio Rivera

Pronto nos enfrentamos a una de las elecciones más importantes en nuestra historia, en lo que concierne al sistema de salud de Puerto Rico. Estamos viviendo el fracaso de nuestro sistema de salud, con sus largos tiempos de espera, la negación del cuidado médico necesario, los hospitales en quiebra y los profesionales de la salud abandonando el archipiélago. Los partidos tradicionales, el PNP y PPD, pretenden mantener el “status quo” donde los planes médicos controlan la gran mayoría de fondos de salud en la isla; esa ha sido su política pública por varias décadas ya. Los planes médicos, buscando mantener su dominio lucrativo sobre el sistema de salud, han donado sobre $300,000 dólares al bipartidismo entre 2020-2024. Por algo será; dudamos que sea por caridad.

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La Alianza propone un cambio significativo en cómo manejamos nuestro sistema de salud: aspira a la creación de un sistema de salud universal. En lugar de tener un sistema de salud con múltiples aseguradoras, cada cual con sus requisitos y procesos burocráticos, se consolidarán todos los fondos bajo un Plan Nacional de Salud. No se trata de otra corporación pública burocrática, sino una entidad autónoma (ya sea una cooperativa o fideicomiso sin fines de lucro) con representación de los distintos sectores que componen nuestro sistema de salud. Como primer paso razonable, buscan remover a los planes médicos de Medicaid/Vital, como lo hizo el estado de Connecticut, logrando así uno de los mejores programas en Estados Unidos. La propuesta de la Alianza fue reseñada recientemente en la revista de salud pública de la Universidad de Harvard.

Habrán oído sobre la supuesta amenaza socialista y comunista que representa La Alianza. Pero lejos de ser una propuesta radical, es una propuesta sensata fundamentada en precedentes internacionales. Votar por la Alianza es dar un paso hacia un sistema de salud universal, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. En un estudio publicado en septiembre de este año por la Commonwealth Foundation se destacó que Estados Unidos es el país que más gasta en salud y que tiene los peores resultados entre los países desarrollados. La Reforma del gobernador Rosselló en 1993 transformó nuestro sistema de salud Arbona en uno que emula al modelo estadounidense, con todo su malgasto y burocracia.

Nuestro sistema de salud, en su totalidad, cuenta con más de $13,000 millones de dólares en financiamiento. Sin embargo, la gran mayoría se entrega en bandeja de plata a las aseguradoras con fines de lucro, quienes han demostrado una utilización subóptima de esos fondos. Durante la pandemia las aseguradoras generaron más de $250 millones en ganancias, destinaron más de $400 millones en bonificaciones y gastaron más de $70 millones en mercadeo, fondos que no aportaron ningún beneficio a los pacientes. Mientras estas acciones continúan, es común escuchar sobre retrasos en los pagos a los médicos y la negación de cuidado médico a los pacientes. Por eso, para revitalizar el sistema de salud, debemos remover a las aseguradoras con fines de lucro como agentes centrales de nuestro sistema y asegurarnos de que el dinero para la salud se utilice para la salud.

No se trata de un retorno al Sistema Arbona, sino un adelanto al sistema de salud del futuro, que pueda optimizar la utilización de fondos disponibles actualmente. No se trata de más gasto, sino de mejor gestión. El plan de La Alianza es la mejor opción para avanzar en esta dirección, para así lograr la compensación adecuada de los profesionales de la salud y una cobertura médica de calidad para los pacientes. Los planes médicos ya escogieron sus candidatos; por algo han donado cientos de miles de dólares a favor del bipartidismo. Vota en su contra, y vota a favor de un mejor sistema de salud.

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