La energía que se sintió durante el cierre de campaña electoral de la Alianza entre el Movimiento Victoria Ciudadana y el Partido Independentista Puertorriqueño me hizo sentir la misma energía del Verano del ‘19. Una gran unión de pueblo, una organización desde las comunidades y masivas movilizaciones con la esperanza de lograr grandes cambios, y así lo logramos.
Los cambios se dan en las sociedades de manera más rápida de lo que van evolucionando las leyes y las instituciones. Nuestro pueblo así lo vivió en el ‘19: logramos el equivalente a un referéndum revocatorio, destituyendo a un gobernador que no le sirvió al pueblo. Haber querido implementar una enmienda democrática a nuestra Constitución para incluir un referéndum revocatorio no solamente hubiera sido casi imposible con una Legislatura del Partido Nuevo Progresista (PNP) liderada por Johnny Méndez en la Cámara y Thomas Rivera en el Senado, sino que, de poderse, hubiera tomando muchísimo tiempo, hasta años. Definitivamente, hubiera tomado mucho más que las semanas que le que tomó al pueblo organizarse y movilizarse exigiendo y logrando la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló.
No perdamos de perspectiva que la Alianza logró ser, como anticipamos, la única fuerza política capaz de derrotar al PNP. Cientos de miles de personas vencieron y superaron las campañas difamatorias, de miedo y de descrédito que usó la alianza viciosa entre el PNP, el Partido Popular Democrático y el Proyecto Dignidad apoyados por el Súper PAC patronal. La Alianza, cuyas campañas fueron motivadas por la esperanza y el amor por nuestro país y nuestras familias, logró quedar en un histórico, fuerte y firme segundo lugar a pesar de los ataques violentos por parte de tres partidos y un Súper PAC.
El crecimiento y el apoyo que tuvo la Alianza nos confirma que podemos seguir cambiando las cosas si continuamos organizándonos y movilizándonos. Así seguiremos logrando los cambios democráticos que merece nuestro Puerto Rico. ¡Seguimos!
