La Alianza sigue estando en el centro de la discusión política en el país. Analistas, comentaristas y políticos siguen intentando dividir a quienes apoyaron la Alianza. Continúan inventando controversias y sembrando cizañas. ¿Por qué sigue la campaña de miedo y descrédito contra la Alianza durante el período poselectoral y de escrutinio? Porque esos sectores reconocen que la Alianza aglutinó el apoyo suficiente para consolidarse como la segunda fuerza política desplazando al Partido Popular a un lejano tercer lugar en la posición de mayor importancia desde la óptica del gobierno colonial. La Alianza logró acumular una fuerza propia que trascendió la de los partidos que la gestaron.
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Los logros electorales alcanzados tienen una dimensión histórica innegable, pero, el diseño antidemocrático del proceso electoral impide, muchas veces, apreciar los avances que se siguen alcanzando. Los análisis, que en su mayoría se concentran en el resultado, que como sabemos, en un sistema como el nuestro quien gana se lo lleva todo, “winner takes all”, como dicen en inglés, dejan de lado información que es necesaria mirar con detenimiento para comprender la magnitud de los cambios que se siguen abriendo paso en el país. Pero al evaluar el desempeño de la Alianza podemos ver -aunque todavía de manera preliminar- que la mayoría de las candidaturas de este proyecto político en sus tres modalidades -apoyo mutuo, competencia fraternal o candidaturas únicas- obtuvo un apoyo que no debe menospreciarse.
La forma que tomó la Alianza en este ciclo electoral fue la mejor alternativa viable dentro de las circunstancias y a pesar de las condiciones que se le impusieron. A riesgo de que pueda parecer prematuro, pienso que para el próximo ciclo electoral tendremos que ser aún más creativas para lograr nuevos objetivos y mejores resultados. La experiencia nos obliga a pensar en una alternativa que permita por un lado mantener la identidad de cada una de las fuerzas políticas que la integran y por otro que permita que las candidaturas de la Alianza vayan en un solo vehículo electoral.