La credibilidad de nuestro sistema electoral está en juego. Los eventos de los pasados ciclos eleccionarios han dejado al descubierto graves deficiencias en la Comisión Estatal de Elecciones (CEE), cuya desastrosa gestión ha sembrado dudas sobre la transparencia y efectividad de nuestro proceso democrático. Como presidente del Partido Popular Democrático (PPD) y como ciudadano comprometido con la democracia, hago un llamado urgente a todos los sectores políticos y sociales para que trabajemos juntos en una reforma integral.
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El retraso en el conteo de votos durante las elecciones más recientes es solo una de las múltiples fallas que hemos presenciado. En una era donde la tecnología debería garantizar mayor agilidad y precisión, las largas esperas para conocer los resultados solo minan la confianza ciudadana. Además, las decisiones judiciales que validaron votos por correo de dudosa procedencia han encendido alarmas legítimas sobre la integridad del proceso.
El impacto de estas fallas trasciende los partidos y las ideologías: afecta directamente nuestra democracia y la confianza de los puertorriqueños en su gobierno. Por eso, en el verano de 2023, lideré un esfuerzo desde el PPD para aprobar enmiendas importantes al Código Electoral, diseñadas para garantizar mayor transparencia y eficiencia. Lamentablemente, estas propuestas fueron rechazadas por el Partido Nuevo Progresista (PNP), perpetuando un sistema con serias vulnerabilidades.
Es hora de dejar de lado las agendas partidistas y priorizar el bienestar de nuestro sistema democrático. La reforma electoral no puede esperar más. Todos los sectores tenemos una responsabilidad histórica de corregir estos errores y restaurar la confianza en nuestras instituciones. El futuro de Puerto Rico depende de ello.
Solo con un sistema electoral confiable podremos garantizar elecciones libres y justas, fundamentales para nuestra democracia. La reforma es urgente, y no podemos descansar hasta lograrla.