La Universidad de Puerto Rico ha sido elemento esencial de nuestro desarrollo generando el personal profesional capacitado, produciendo la información necesaria mediante la investigación y sosteniendo y estimulando nuestro acervo cultural.
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Ante la presente situación de crisis fiscal del país, la UPR está pasando por una situación de una supuesta falta de ingresos, de crisis administrativa, académica, y de más de 40% de reducción de su estudiantado por lo que requiere una pronta reestructuración que conlleva modificar su tamaño a tono con la nueva realidad, hacerla más pertinente y de mayor calidad. Sin embargo, esa no ha sido la posición del actual presidente Luis Ferrao, ni la de un gran número de profesores y empleados que entienden que esa reestructuración afectaría sus empleos y sus salarios.
Desde que asumió la presidencia Ferrao ha concentrado su atención en no tocar nada que pueda antagonizar a distintos sectores institucionales a los que él les teme. Su estrategia es dejarlo todo correr como está para tener los menores problemas posibles. Ante esta situación ha dejado de tomar la acción necesaria efectiva para tratar una serie de problemas institucionales que se han agravado. Uno de estos es la situación de que más de 100 programas académicos están repetidos, obsoletos, han perdido pertinencia y no tienen demanda por parte de los estudiantes, pero no se eliminan ni modifican.
Esta situación se conoce desde antes del 2017 cuando la entonces vicepresidenta de Asuntos Académicos la Dra. Ilka Rios divulgó un extenso informe en el que se señala que existían alrededor de 100 programas académicos que habían perdido pertinencia y apenas tenían matricula de estudiantes. Que era necesario eliminar, modificar o integrar, pero nada de eso se hizo.
En infinidad de ocasiones desde entonces en distintos escritos yo he venido señalando la necesidad de tomar acción sobre este particular. Ahora luego de años llamándole la atención a Ferrao ante el temor por la posibilidad de un cambio en la presidencia, Luis Ferrao propone lo que llevamos años diciendo que había que hacer, veamos:
En el periódico Meto del 17 de enero 2025 se redacta un artículo en el que se señala que el presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR ) Dr. Luis A. Ferrao, emitió el pasado 13 de enero de 2025 una comunicación oficial dirigida a los rectores de las unidades del sistema universitario. En ella, se presentaron criterios y normativas para la aceptación de estudiantes de nuevo ingreso para el año académico 2025-2026, con énfasis en la eliminación de programas académicos con baja demanda estudiantil.
La medida busca responder a una disminución sostenida en el número de estudiantes matriculados en ciertos programas durante los últimos siete años, así como a las limitaciones financieras que enfrenta la institución. La iniciativa establece que los programas que no superen el umbral de 10 estudiantes matriculados por cohorte durante tres años consecutivos serán suspendidos para el ingreso de nuevos estudiantes.
Como era anticipable, al día siguiente surge otro artículo que señala: Potestas Denuncian falta de consulta sobre cierres de programas académicos en la UPR: Tanto la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) como la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes (HEEND) denunciaron que la medida no fue consultada con los sectores afectados, lo que pone en evidencia, según señalaron, una administración desconectada de las necesidades de la comunidad universitaria.
“Esta comunicación y esta decisión de poner en moratoria programas se hacen totalmente a espaldas de la comunidad universitaria. No hubo diálogo, solo un anuncio al final del semestre pasado”, indicó el vicepresidente de la APPU, Jorge Lefevre.
Todo esto era anticipable pues conlleva una reestructuración institucional que posiblemente resulte en la eliminación de cursos y programas con la debida reducción de personal, cosa que ya está generando protestas.
Se quiere y se pretende que a pesar de la UPR haber perdido 40% de su estudiantado y haber cientos de programas obsoletos sin pertinencia ni demanda por parte de los estudiantes, se mantenga como si todos los programas estuviesen actualizados y se tuviera el mismo presupuesto que cuando había 60,000 estudiantes. De igual manera se pretende que ocurra con 11 recintos a distancias de 15 minutos unos de otros, con un presupuesto multimillonario y duplicidad de estructuras administrativas y académicas.
Vamos a ver si esto que propone Ferrao es capaz de sostenerlo a pesar de las protestas de distintos sectores particularmente los separatistas que gracias a él hoy controlan la UPR.