La reciente noticia de que un grupo de distinguidos independentistas están promocionando en la capital de Estados Unidos un proyecto u orden ejecutiva promoviendo la independencia de Puerto Rico, provocó múltiples reacciones e interrogantes en Puerto Rico. Obviamente, una de las primeras fue la supuesta participación del Partido Independentista Puertorriqueño en esas gestiones, lo que fue debidamente aclarado que no hubo ni participación, ni coordinación de parte nuestra.
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No obstante, lo más interesante de la noticia fue la histeria colectiva que provocó en el liderato anexionista y colonialista del país.
La semana pasada, el liderato político del Partido Nuevo Progresista (PNP) se fue de “vacaciones políticas” a Washington a promover la estadidad y los resultados del plebiscito; actividad que rindió el fruto que todos conocemos, ninguno. Una vez más se encontraron con el muro antiestadistad federal, el rechazo perenne a una propuesta que en nada beneficia a los intereses políticos de Estados Unidos y que es contraria a la realidad caribeña y latinoamericana de Puerto Rico.
Por otro lado, otros que se unieron al pavor, fueron los representantes del más puro y duro colonialismo, los de la refundación del inmovilismo y el territorio, la nueva dirección del Partido Popular Democrático (PPD), que ni con una “vara larga” quieren tocar un proceso de descolonización, con alternativas no coloniales, ni territoriales.
Mientras tanto, el derecho de nuestra nación caribeña a su independencia ha sido tema de discusión, provocando nerviosismo colectivo a sus detractores, porque cada día que pasa se van dando las condiciones para la libertad y soberanía de Puerto Rico. Los ocho años que lleva la expresión más burda del colonialismo, la Junta de Control, es el vivo ejemplo de la necesidad de transformar nuestro país. Las políticas xenofóbicas, en contra de la crisis climática, la educación, la salud y la pérdida de fondos del gobierno federal son claros ejemplos de la necesidad de un cambio.
Desde el Partido Independentista Puertorriqueño continuaremos insistiendo en nuestra propuesta de Asamblea de Estatus, de ir como país a confrontar al Congreso de Estados Unidos con opciones no coloniales, no territoriales, y continuaremos promoviendo el derecho del pueblo a su descolonización y libre determinación, nosotros insistiendo en el camino de libertad y justicia social.