Opinión

A apoyar y proteger a los que protegen

Lee aquí la columna del representante por el Partido Independentista Puertorriqueño

Como parte de mis funciones como legislador del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), me he dedicado a investigar, fiscalizar y denunciar la grave crisis de violencia en contra de la niñez en Puerto Rico. Los incidentes de maltrato infantil en sus distintas manifestaciones, especialmente el abuso sexual, siguen en aumento. Este es el resultado de la falta de voluntad política en atender de manera seria y responsable este gran problema social.

El llamado que hicimos en el cuatrienio pasado para la declaración de emergencia por la violencia infantil, junto con un nutrido grupo de personas expertas en la materia, no fue atendido. Tampoco se ha atendido la RC73 para investigar el alto volumen de referidos por maltrato infantil sin atender por el Departamento de la Familia.

Recientemente, solicitamos al presidente de la Comisión de Adultos Mayores y Bienestar Social la celebración urgente de una vista pública para investigar la falta de implementación de la Ley 209-2024, que reformula la política pública en la atención de sobrevivientes de abuso sexual para evitar su revictimización, y asigna fondos a los Centros PITI, que ofrecen servicios integrados, sensibles y eficientes para la investigación y atención de este tipo de casos. Ante el inminente recorte de fondos federales en momentos en que existe un marcado aumento de esta manifestación de maltrato infantil, la Legislatura debe asumir su responsabilidad de asegurar de que estos centros cuenten con los recursos para continuar con sus servicios a beneficio de nuestra niñez.

La protección de la niñez es un interés apremiante que no está dentro de las prioridades del gobierno actual. Al día de hoy, no se han sometido los nombramientos para la Junta Reguladora que crea la Ley 209 para la distribución y fiscalización de los fondos asignados a los Centros PITI.

Toda acción gubernamental y social debe tener como prioridad fundamental la protección de la niñez en todas sus manifestaciones. Por ello, todos los centros PITI (antes CIMVAS) tienen que contar con el presupuesto y todo el apoyo para su funcionamiento.

Ante una compleja y dura realidad social de constantes casos de abuso sexual en la niñez, esto centros son esenciales para proteger la niñez vulnerada. Tenemos que apoyar y proteger a los que protegen.

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