Opinión

Puerto Rico ante el cambio climático: decisiones urgentes

Lee aquí la columna del exrepresentante por el Partido Popular Democrático y abogado

Se acerca el verano y, con él, otra temporada de huracanes. Mientras el 2025 podría ser el año más caluroso en la historia reciente, Puerto Rico enfrenta una crisis climática que pone en riesgo no solo nuestro entorno natural, sino también la estabilidad económica de generaciones futuras.

El Comité de Expertos sobre Cambio Climático (CEACC) ha sido enfático al advertir que la ausencia de medidas concretas de mitigación podría costarle, a la isla, pérdidas devastadoras. Según información pública, la falta de acción podría implicar pérdidas económicas de hasta $379,270 millones en el Producto Interno Bruto para 2050. Las cifras son alarmantes: el sector manufacturero perdería alrededor de $235 mil millones; vivienda, unos $161 mil millones; y el turismo, uno de nuestros motores económicos más importantes, cerca de $7,819 millones.

Ante esta realidad, resulta indispensable la aprobación inmediata del Plan de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático (P-MARCC), actualmente ante la consideración de la Legislatura. El plan contempla 156 cursos de acción diseñados para preparar a Puerto Rico frente a la crisis climática.

Mientras en Estados Unidos la visión sobre la emergencia climática ha sido históricamente variable, especialmente durante la administración Trump, en Puerto Rico, el costo de no actuar sería devastador. Los expertos han sido claros: es inviable continuar reparando daños sin abordar el problema de fondo. La erosión costera, la ausencia de planificación territorial adecuada y la vulnerabilidad de nuestra infraestructura demandan respuestas claras e inmediatas.

Aprobar este plan es más que una decisión política: es un imperativo económico, ambiental y moral. No podemos permitir que la falta de visión nos lleve a una catástrofe económica de la cual sería imposible recuperarnos. Hoy, cuando se acerca la temporada de huracanes, tenemos una ventana limitada para actuar.

Es momento de asumir la responsabilidad histórica que tenemos con Puerto Rico. El futuro dependerá de la valentía con la que enfrentemos, hoy mismo, el reto climático.

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