En el recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) no cesa el descontento ante las denuncias de acoso y agresión sexual, particularmente por parte de profesores a alumnos, por lo que la Asamblea General de Estudiantes impulsó hoy que se evalúen los protocolos para atender las querellas en el campus.
“Los mecanismos (…) son deficientes. No protegen a las personas que hacen las querellas, protegen a los agresores y a la misma administración universitaria. Es esta misma administración quien hace campañas sobre la violencia sexual mientras permiten que conocidos agresores imparten clases y mientras nuestras querellas son ignoradas”, lee la moción que presentó Sofía Vázquez, del movimiento estudiantil.
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En ella exigen una auditoría social en la que un “comité compuesto por estudiantes y profesoras externas a los cuerpos oficiales de la administración” evalúe los procesos en ánimos de establecer protocolos más eficientes.
Según datos suministrados por el representante subgraduado ante la Junta de Gobierno, Efraín Rodríguez Ocasio, en Administración Central se cuenta con 5 querellas relacionadas a acoso y agresión sexual en el recinto, mientras cifras de Río Piedras establecen qu2e son 11. El Consejo General de Estudiantes (CGE), por otra parte, estimó el número de incidencias en 28 durante el 2018 y 14 en el 2017.
El Senado de Puerto Rico también aprobó una resolución el 31 de enero para “realizar una investigación exhaustiva en torno a las alegaciones de casos de agresiones sexuales y hostigamiento sexual los once (11) recintos que conforman el sistema universitario de la Universidad de Puerto Rico”.
Los estudiantes exigieron que se publiquen listas contra los agresores, reclamo que se ha levantado durante años y que la administración no ha asumido por proteger a las partes.
La asamblea se lleva a cabo en el Coliseo Roberto Clemente y a las 2:04 de la tarde alcanzaron cuórum con 1,510 estudiantes registrados. El mínimo es 1,352.
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Otros de los temas a discutir son las condiciones de estudiantes con diversidad funcional, el Plan Fiscal de la UPR y su acreditación.
El estudiante Ónix Silva manifiesta su frustración ante la escasez de recursos y servicios para estudiantes sordos:
