La NBA ha contactado con las autoridades estadounidenses para analizar el posible impacto en la liga del decreto sobre inmigración aprobado el viernes por el presidente del país, Donald Trump.
“Hemos contactado con el Departamento de Estado y estamos en proceso de recabar información para entender cómo esta orden ejecutiva se aplicaría a jugadores de nuestra liga que son de uno de los países afectados”, dijo en un comunicado el portavoz Mike Bass.
El portavoz recordó que la NBA es una competición “global” y dijo que está “orgullosa de atraer a los mejores jugadores de todo el mundo”.
Los jugadores Thon Maker, de los Bucks de Milwaukee, y Luol Deng, de los Lakers de Los Ángeles, son originarios de Sudán, uno de los siete países afectados por las medidas de la Casa Blanca.
Maker jugó el viernes en Toronto y pudo regresar a EE.UU. sin incidentes aunque ese día comenzó a aplicarse la orden ejecutiva, según informó su equipo.
Además de jugadores potencialmente afectados, la liga mantiene un programa llamado Baloncesto Sin Fronteras, que identifica talentos en el extranjero y que ha facilitado por ejemplo a jóvenes sudaneses permisos para jugar en institutos y universidades de EE.UU.
La orden de Trump suspende durante 90 días la concesión de visados y prohíbe la entrada a todos los ciudadanos de Irak, Siria, Irán, Sudán, Libia, Somalia y Yemen hasta que se adopten nuevos procesos de escrutinio, al tiempo que frena todas las acogidas de refugiados durante 120 días y las de sirios de forma indefinida.
Apenas un día después de comenzar a aplicarse, una jueza federal bloqueó este sábado parte de la medida, decretando que los refugiados u otras personas afectadas por la orden y que han llegado a aeropuertos estadounidenses no pueden ser deportados a sus países.
Varios jugadores y entrenadores de la NBA, incluidas estrellas como LeBron James y leyendas de los banquillos como Gregg Popovich, han expresado en los últimos meses su oposición frontal a muchas de las ideas de Trump.
Tras la aprobación de la orden sobre inmigración, el jugador de los Nets de Brooklyn Rondae Hollis-Jefferson criticó con dureza la medida en declaraciones que recogen hoy varios medios estadounidenses.
Hollis-Jefferson, que es musulmán, aseguró que es “desgarrador” ver el impacto de estas medidas en muchas personas.
“No se puede juzgar a todo un grupo por las acciones de uno. Siento que esto no es correcto”, dijo.