Es una situación que no se vivía desde 1985, cuando llegó la democracia después de 21 años de gobierno militar.
A partir de este viernes, las fuerzas militares de Brasil tomaron el control de la seguridad en el estado de Río de Janeiro.
La medida fue aprobada por el presidente, Michel Temer, como una forma respuesta a una ola de violencia e inseguridad que azota a ese estado.
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Con esta decisión, el mandatario respondió a una solicitud de ayuda hecha por el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, después de que las celebraciones del carnaval de la semana pasada estuvieron manchadas por la violencia.
BBC Mundo te cuenta cuatro claves que explican la crisis que se vive en Río de Janeiro.
1. ¿Cómo se llegó a esta situación?
Al firmar el decreto, Temer dijo que se trataba de una "medida extrema" pero que estaba justificada por las circunstancias.
"Ustedes saben que el crimen organizado casi que se apropió del estado de Río de Janeiro. Es una metástasis que se expande por todo el país y amenaza la tranquilidad de nuestro pueblo", señaló el mandatario al anunciar que el gobierno dará respuestas duras y firmes a la situación.
"No podemos seguir aceptando pasivamente la muerte de inocentes. Es intolerable que estemos enterrando madres y padres de familia, trabajadores, policías, niños y niñas, y que veamos barrios enteros sitiados, con sus escuelas bajo la mira de fusiles", agregó.
Durante el recién finalizado carnaval de Río se produjeron varias situaciones caóticas en las calles con tiroteos y saqueos.
Tres policías murieron en violentos enfrentamientos y las cadenas televisión emitieron imágenes de grupos de delincuentes rodeando y robando a turistas que visitaban la ciudad.
Ante la espiral de violencia que parecía salirse de control, el gobernador del estado solicitó apoyo al gobierno nacional argumentando que una intervención militar era la única forma de enfrentar a las bandas de delincuentes fuertemente armados.
Pezao se disculpó con la población afectada. "No estábamos listos. Hubo errores en los primeros días y (luego) reforzamos las patrullas".
2. ¿Por qué ha empeorado la violencia?
El presupuesto de la policía de Río de Janeiro ha sufrido varios recortes en los último años debido a la crisis económica.
Se ha señalado incluso que la policía ni siquiera dispone de fondos para pagar por la gasolina de sus patrullas.
Las finanzas del estado han sido duramente golpeadas por la recesión que ha afectado a Brasil, los relativamente bajos precios del petróleo, así como por los altos niveles de corrupción.
Estas dificultades económicas de las autoridades han alentado a los grupos criminales.
A diario se producen intensos tiroteos en las zonas más pobres de Río y la violencia ha empezado a afectar las áreas más ricas y usualmente más seguras de la ciudad.
Según las estadísticas oficiales del estado de Río de Janeiro, el año pasado las cifras de asesinatos aumentaron 8% en comparación con 2016 y en 26% en relación con 2015.
3. ¿Cómo se diferencia esta situación de operaciones militares anteriores en Río de Janeiro?
Esta no es la primera vez que fuerzas militares estarán presentes en las calles de Río de Janeiro.
El Ejército patrulla de forma regular algunas de las zonas más peligrosas, donde imperan las bandas de narcotraficantes.
Las Fuerzas Armadas también fueron desplegadas en la ciudad en julio de 2017 para apoyar a la policía que se encontraba desbordada.
También reforzaron la seguridad de la ciudad durante el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
Ahora la presencia militar podrá sentirse en toda el área metropolitana de la ciudad de 12 millones de habitantes, pero también en el resto del estado.
Adicionalmente, en esta ocasión las Fuerzas Armadas asumirán plenamente la responsabilidad de la seguridad pública en el estado, incluyendo el control de las carreteras y de las cárceles. Así, los militares tendrán primacía sobre la policía estadal.
El gobierno designó al general Walter Souza Braga Netto, quien fue parte del equipo que coordinó la seguridad durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, para que dirija la intervención.
4. ¿Qué pasará ahora?
El presidente Temer ha dicho que la medida entrará en vigor de forma inmediata. Sin embargo, la legislación brasileña exige que reciba la aprobación del Congreso.
La Cámara de Diputados y el Senado han sido convocados para abordar el tema la semana próxima, pero sus autoridades ya manifestaron su conformidad con la decisión del Ejecutivo.
Legalmente, la militarización de la seguridad de Río de Janeiro impide que el Congreso pueda aprobar el plan para la reforma de las pensiones que impulsa Temer.
La legislación requiere una reforma constitucional que no puede realizarse mientras esté en vigor una intervención militar como la anunciada.
Sin embargo, Temer aún está intentando juntar suficientes apoyos para su iniciativa y ya ha señalado que llegada la hora suspenderá temporalmente la militarización de Río de Janeiro para permitir al Congreso votar y, luego, la volverá a poner en vigor.
Según reportes de la prensa brasileña, el gobierno espera que el despliegue de las Fuerzas Armadas en el estado se mantenga hasta el 31 de diciembre cuando acaba el mandato de Temer.
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